De «la ciudad bravía de las mil tabernas y una sola librería», Málaga va camino de convertirse en la Ciudad de los mil museos. Éstos nunca sobran. Cuando hay -dinero, quiero decir-.

En números redondos, 12,5 millones de euros al año en museos, en la quinta ciudad más endeudada de España, con más de 701 millones de euros «en rojo» (datos del Ministerio de Hacienda al cierre del ejercicio de 2013 -actualizados a 23 de Junio- calculados conforme al Protocolo de Déficit excesivo de Entidades Locales, teniendo en cuenta las categorías de activos del SEC95) que, como nadie nos los va a perdonar, tendremos que pagar, sí o sí, Usted, yo, sus hijos, sus nietos y quienes vengan detrás por muchos años.

«En cultura no se gasta, se invierte», dirán algunos de ustedes aun tras ver las cifras. Les compro el argumento. Pero no a cualquier precio.

«Los museos generan un valor añadido a la ciudad», me dirán otros. También se lo compro. Pero tampoco a cualquier precio.

«Generan más turismo». Aquí, permítanme que lo compre a medias y con dudas pues a día de hoy no existe ninguna evaluación del impacto económico y del incremento del turismo en Málaga, mínimamente serio y responsable que justifique, con datos en la mano, las ingentes cantidades de dinero desembolsadas. Ante una ausencia total de un Plan de Gestión Económica y Museística no se nos permite salir de la duda de si estamos ante una «inversión interesante» (o conveniente), o un «gasto interesado» (tomando la frase de Domi del Postigo) cuando parece que los museos no se abren en función de un previo estudio que detecte una necesidad concreta, sino a golpe de oportunidad (el que se ponga a tiro) para acudir a las próximas municipales con «algo inaugurado». Máxime cuando el dinero que se gasta es nuestro.

Hagamos cuentas: El CAC nos cuesta cada año a los malagueños la friolera de 3,4 millones de euros; el Thyssen otros 2,2 millones, anuales; el MUPAM 726.000 euros también anualmente; el MIMMA 192.000, año tras año.

Sólo la remodelación de los bajos del Cubo del puerto para ubicar el Pompidou se llevará 5,1 millones de nuestros bolsillos. Añádanle un millón más, a pagar cada año de canon al museo francés, más entre 100.000 y 300.000 euros aparte, asimismo cada año, por su mantenimiento y por las exposiciones temporales. ¿Eso es todo?: No. Aún habremos de pagar 315.000 euros un año, y otro, y otro€, por la ocupación de un local que pertenece al puerto, no a la ciudad.

Ésto ¡por un acuerdo vigente sólo por 5 años! Si no se renovara éste pasado ese tiempo, por una u otra razón; si no pudiéramos seguir pagando ese no pequeño montante, llegado el momento, ¿qué ocurre con tamaño desembolso que-ya-hemos-hecho?

Otro tanto ocurre con el CAC, (acuerdo por 10 años) -a 3,4 millones por año-.

Imagínense la tesitura, posible dado el estado de las arcas municipales: ¿Cuál sería la salida?, ¿Huir hacia delante y mantener a toda costa; pidan lo que nos pidan; cada museo, aunque los promotores decidiesen, por ejemplo, subir el canon o endurecer las condiciones de cesión, con tal de no perder el dinero ya invertido? Háganse ustedes la pregunta y piensen bien en ello.

Por el también anunciado Museo Estatal Ruso (que aunque ruso, no es el prestigioso Hermitage), vamos a pagar «sólo» 400.000 euros anuales. Éste va al edificio de Tabacalera, ese inmueble que parece resistirse a ser algo en la Ciudad. Me permito recordarles que su remodelación para convertirlo en el fallido Museo de las Gemas nos costó 20 millones. Sí, también de euros. Y otros 6 que se le pagaron alegremente a los promotores, con los que el Ayuntamiento ha acabado en los Tribunales.

En román paladino les digo, que Málaga no está «invirtiendo en arte», de forma que en propiedad pase al patrimonio de todos y en el futuro pertenezcan a sus hijos y puedan disfrutarlo sus nietos. El Ayuntamiento está «alquilando cuadros» por temporada y no precisamente a precio de ganga, gastándose además una monumental millonada en remodelar edificios para enseñarlos.

Por si fuera poco ahora quiere hacerse con la gestión del Bellas Artes: «Gestionaríamos el museo con ese plus de cariño con el que se hacen los asuntos cuando las cosas de Málaga se dirigen desde la propia Málaga» ha dicho.

Destine usted, alcalde, ese «cariño» a eliminar el cableado aéreo de la ciudad, a adecentar el centro histórico, a arreglar las calles detrás del Mercado de la Merced y el Cervantes, limpiar de basura la prolongación de Calle Pacífico, eliminar el chabolismo de la zona de Sacaba, ¡A la limpieza de la ciudad! € eso, también lo ven los turistas. Y nos sale más barato.

No confunda sus intereses electorales con los intereses de Málaga.

@ManuelHuertas75