Caso Matas: chantaje a la justicia

La Justicia secuestrada por determinados grupos de poder no es un secreto en este país y sus objetivos tampoco: la cooperación mutua con los corruptos para ponerla a su servicio. Sea como fuere es una evidencia, con las penas a veces irrisorias en relación al delito cometido.

Mientras algunos insinúan que esos aparentes dislates podrían ser debidos a que unos contratan los mejores letrados, otros dejarán entrever que algunos jueces o tribunales son proclives a determinadas sentencias según se trate. Y aunque es difícilmente tolerable dado que la judicatura se apoya en los mismos principios, ocurre; de un modo paralelo desaparecen las pruebas, los procesos se aceleran o paralizan a conveniencia, etcétera.

A los miembros del TS (que es el último órgano judicial), los elige el CGPJ. A los 20 miembros del CGPJ los eligen las cortes y el Senado, o sea que pueden estar tranquilos. Ellos mismos eligen a quienes les van a juzgar.

El caso del señor Matas me hizo dudar en su momento de la higiene de nuestra Justicia. La condena inicial al señor Jaume Matas a seis años de cárcel quedó reducida a nueve meses, al haberle rebajado su pena el Tribunal Supremo, modificando así la sentencia de la Audiencia Provincial de Baleares por el conocido caso Palma Arena. El resultado final es que el expresidente balear ya está de nuevo en su casa.

Es significativo de la justicia que se está impartiendo, en connivencia muchas veces con los más oscuros intereses.

La politización y corrupción judicial conforma hoy en día un triángulo invertido en cuyos vértices superiores se encuentran el tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, mientras que en el inferior se encuentran los juzgados de paz. Nos encontramos ante un círculo cerrado de corrupción y politización que se autoalimenta dando lugar a milagros como el del señor Matas. Lo preocupante es que cuando alguien se detiene a seguir el proceso en curso de algún caso de corrupción, comprueba no sin estupor que el caso termina con una sentencia de mínimos o bien sobreseído. Una cosa diferente resultaría del robo de unas gallinas en un corral, poner un caso, cuyo autor o autores terminarán pagando duramente su delito o falta.

Luis Enrique Veiga RodríguezMálaga