Se denomina Cisne Negro a un suceso raro e inesperado que cambia la historia. De ahí a simbolizar un cambio en un cisne negro de pluma y hueso hay sólo un paso. En mi ciudad los primeros cisnes negros llegaron hace unos sesenta años, coincidiendo más o menos con los tratados entre Franco y USA, que alinearon a España con Occidente creando las bases para el desarrollismo. Ahora las nutrias salvajes, eludiendo el control de los vigilantes y las mallas, han acabado con el último cisne negro del parque. ¿Será el augurio de que un gran ciclo se cierra?, ¿afectará sólo a la ciudad, o, siendo ésta «umbilicus mundi» (al menos para sus locales), al entero mundo?, ¿anunciará el regreso del orden natural, ante la mala gestión del hombre después de habérsele entregado al final del Sexto Día, o sólo el advenimiento de Podemos?, ¿no habrá sacerdotes para las adivinaciones y conjuros al respecto?