Se acaba uno de los años más ilusionantes en cuanto al baloncesto se refiere en Málaga, por lo menos desde mi punto de vista. El 2014 nos ha traído tantos buenos momentos, tantos recuerdos al lado del balón naranja, que sería muy complicado, e injusto también, quedarse con tan solo uno. Tanto Unicaja como Clínicas Rincón nos han hecho vibrar, saltar, emocionarnos y por qué no, a veces hasta frustrarnos por situaciones que se nos escapan de las manos.

Mi 2014 ha estado vinculado casi al cien por cien al deporte de la canasta. He tenido la gran suerte de trabajar en las cabinas del Carpena para Radio Intereconomía, para Onda Azul con mi buen amigo Sebas Freire -al que tanto se le echa de menos por estos mundos- en la Copa del Rey, y en mi última experiencia en Deportes4G Málaga junto a un «hermano» como Fran Navajas. He podido disfrutar de las mieles del éxito desde un banquillo junto a las chicas «G97» del Colegio Maristas, esas que ganaron la Copa Colegial 2014 y la Copa Federación Júnior de la FAB Málaga. Y sobre todo, he podido rodearme de la mejor familia posible desarrollando mi faceta profesional en el Clínicas Rincón.

Quizá en el Clínicas es donde más he disfrutado. Es fácil trabajar junto a unos profesionales que no hacen más que facilitar tu trabajo y en el que la cercanía de unos con otros es tanta que somos una familia. Mi labor no es tan dentro de la pista como la de los demás, pero tanto Francis como Chiki, Pablo, Ale o Diego hacen que en cada triple que lanza Richi, que en cada penetración que haga «Fon» o que cada tapón que coloque Romaric, me emocione como uno más del banquillo. Por todos ellos, y por toda la gente que está detrás apoyando desde las gradas de Carranque, mi 2014 ha sido casi perfecto.

Atrás queda el enorme partido que se realizó ante River Andorra en el Carpena, la última canasta de Pepe Pozas desde nuestro propio campo ante el filial del FCB antes de marcharse a la Liga Endesa, la despedida del Doctor Conde del baloncesto profesional, el triple de Tuti Sabonis que no quiso entrar en Palencia y que hubiera significado el 0-1 en la eliminatoria de cuartos del Play Off por el ascenso, la vuelta a casa de Alfonso Sánchez€ Ha sido un año que todos hemos disfrutado de una forma u de otra aunque el resultado final no nos haya acompañado. Hemos sabido sacarle a todo ese puntito de éxito que hace que se camine con más paso firme si cabe y con las ganas de empezar el 2015 con más fuerza que nunca.

Dicen que cuando se van 365 días se vuelve a poner el contador a cero y se suelen pedir deseos para el nuevo año. Así que mirando a mi alrededor, hago mía una frase de Francis Tomé que hace poco dijo en una radio nacional. Pedir algo sintiéndote un privilegiado quizá sea un poco egoísta, y más sabiendo que hay gente que lo necesita más que tú. Yo voy a pedir, pero pido por ellos, porque todo lo malo que haya podido haber en 2014 se vuelva de otro color con esta nueva entrada de año. Que el BALONCESTO les haga olvidar los malos momentos, que el Carpena o Carranque sean para ellos una vía de escape para olvidar, y que si son más de césped que de parqué, que el templo de Martiricos les de la vida cada fin de semana.

Yo poco puedo pedir, porque aunque no lo tenga todo, quizá no me faltan cosas vitales como salud y compañía. El dinero ya vendrá y el trabajo mejorará, de eso no tengo duda porque a cada uno le pone el tiempo en su lugar. Paz, amor y mucha paciencia para todos. Disfrutemos por ahora del momento dulce de Unicaja, del buen hacer de Javi Gracia y de la confianza que aporta en cada palabra Francis Tomé. Que el Costa de Diego Carrasco arranque enero arrasando y que el CD El Palo siga generando tanta ilusión por el barrio. ¡Ah! Y que Isa Guerrero y las chicas del Málaga no olviden jamás este final de 2014, donde a buen seguro muchos sueños se cumplieron. Sé que me faltan muchos equipos y deportes malagueños, pero se me acaba el espacio, así que solo gritar al cielo ¡Viva el deporte malagueño y que en 2015 esté lleno de éxitos!