El deporte de elite se ha convertido durante estas fechas en el mejor regalo posible para los malagueños. Las futuras generaciones de deportistas de la provincia vuelven a sacar pecho en estos días, con el equipo de baloncesto situado como líder en solitario de la Liga Endesa, mientras que el conjunto malaguista, pese a inesperado traspié del pasado sábado ante el Almería -Teixeira Vitienes se empeñó en reservarse carbón para la próxima madrugada-, tiene casi hechos sus deberes en la competición liguera y afronta mañana los octavos de final de la Copa del Rey con la ilusión de soñar, como nunca en décadas, con poder alcanzar las semifinales.

Durante este extenso fin de semana, en plena cima de la montaña que constituye este extraordinario consumismo navideño, hemos visto cómo familias enteras regresaban a tomar La Rosaleda y el Carpena con los más pequeños enfundados con las equipaciones oficiales del Málaga CF y del Unicaja. Ambos equipos, con sus plantillas como protagonistas, vuelven a convertirse en auténticos Reyes Magos de la ilusión. Esa misma que derraman cuando sus integrantes, caracterizados de Melchor, Gaspar y Baltasar, recorren centros hospitalarios o refugios para las familias con menos recursos.

Qué importante es esto de inculcar colores de la ciudad a edades tempranas. Que los hombres y mujeres de mañana aprendan a través del juego a amar lo de aquí, mucho antes de que puedan caer en la tentación de hacerse «grandes» con camisetas de «importación», traídas desde las grandes capitales del país. Por eso es de justicia aplaudir iniciativas como las recién impulsadas de manera conjunta, con entradas a bajísimo coste y fin solidario añadido, para que padres o madres e hijos puedan disfrutar -tal vez para una primera vez de muchas- de la Euroliga de baloncesto y la Copa del Rey, en ese encuentro que mide mañana al Málaga con el cuadro levantinista.

Y por eso debemos respaldar enérgicamente, con todos los altavoces a nuestro alcance, esa zona de ocio que el sábado volvió a congregar a pequeños malaguistas en Martiricos horas antes del partido de Liga. La misma que mañana volverá a reunir a familias enteras en el mismo recinto, en plena celebración del Día de Reyes, durante una tarde que tendría como colofón ideal una nueva victoria del Málaga.

Imagino hoy muchas cartas a los Reyes Magos, con peticiones de camisetas blanquiazules y verdes. Y también el sueño de muchos de esos pequeños, futuros deportistas o aficionados, que se ven hoy por hoy en esos canteranos erigidos en los reyes de sus propias ilusiones: los Samueles (García y Castillejo), Darder, Juanmi, Juanpi, Fran Vázquez o Kostas Vasileiadis.