El fútbol español está cambiando. Y no para bien, precisamente. Ahora que transitamos por el ecuador de la competición es cuando mejor se puede apreciar los efectos demoledores de un montón de medidas arbitrarias que han convertido a nuestro querido fútbol patrio en una copia de nuestra sociedad: nunca antes los ricos habían sido tan ricos... ni los pobres tan pobres. La clase media (los equipos de clase media) prácticamente han desaparecido.

Miren, si multiplicamos por dos los puntos obtenidos hasta ahora por los equipos españoles -para hacer un cálculo aproximado de lo que podría ser el final de la segunda vuelta- nos encontramos con que cualquiera de los seis primeros equipos de la tabla estaría cómodamente instalado en la Champions League en cualquier temporada anterior.

El Valencia, que ocuparía la quinta posición final con 76 puntos, cualquier otro año le hubiera bastado para ser tercero o incluso segundo, clasificado para la máxima competición continental sin siquiera pasar por fase previa.

Digo más, el Málaga, que según esta simulación acabaría séptimo el campeonato con 62 puntos€ ¡estaría al final de campaña con 16 puntos de diferencia sobre el noveno clasificado! (el Espanyol, con 46 puntos). ¡Disparate mayúsculo!

Y en la clase baja pasa lo mismo pero justamente lo contrario. Tomando como punto de partida lo realizado por unos y por otros en la primera vuelta recién finalizada, descenderían a Segunda División al final del campeonato el Almería (32 puntos), el Levante (32) y el Granada, que sería el colista de la Liga BBVA (28).

¿Y? Pues algo muy simple: en la temporada 2013/2014 descendieron a segunda Osasuna (39 puntos), Valladolid (36) y Betis€ desangrado con 25 puntitos. Pues bien, Osasuna, con esa puntuación, y siguiendo con la simulación de esta Liga, con 39 puntos en lugar de bajar hubiera ocupado esta temporada el puesto número doce final. Para flipar.

Este epígrafe lo voy a hacer breve. En la campaña 2012/2013 bajaron a Segunda Mallorca (36), Deportivo (35) y Zaragoza (34). Pues bien, ninguno de esos tres equipos hubiera tenido problemas para mantener la categoría si hubieran conseguido esos mismos puntos esta temporada que ahora transita por el ecuador liguero.

Bien, este es un artículo de opinión y por lo tanto no quiero aburrirles con más datos. Simplemente diré que desde la llegada de Tebas, el abusivo reparto de los derechos de televisión y eso llamado fair-play financiero, en la Liga española ya no existe clase media. Los ricos son más ricos (mucho más ricos)... y los pobres infinitamente más pobres.

Recuerden: si duplicamos los puntos obtenidos hasta ahora por dos para hacernos así una idea de cómo quedaría la Liga al final de temporada resultaría que entre el Valencia (quinto con 76 puntos) y el Espanyol (noveno con 46 puntos) existirían exactamente 30 puntos de diferencia. Piensen en ello. Yo no me lo quito de la cabeza. Y es que me parece muy grave.