Cartas al director

Reincidiendo en el «invento» del año pasado, se van a emplear más de diez mil euros de nuestros impuestos para pagar la peregrinación a La Meca, digo, a Lourdes, de 15 guardias civiles. No cabe manera más directa ni descarada de extraernos ilegalmente el dinero, puesto que nuestra ley de leyes, la Constitución, que por su profesión deberían defender de modo especial los miembros de ese Cuerpo armado, declara que nuestro Estado es aconfesional. También es hiriente que en estos tiempos de crisis, en los que esas autoridades dicen no tener dinero para comprar chalecos antibalas, se haga ese dispendio, con el que se podrían proteger a 20 agentes, como denuncia su sindicato. Curiosa manera es también esa de ser cristiano y amar al prójimo, el anteponer -cifras cantan- una peregrinación de 15 a la seguridad de 20 prójimos. Y la responsabilidad de esa injusticia recae no sólo sobre esas autoridades civiles, sino sobre las eclesiásticas, porque no rechazan como sería su deber ese piadoso latrocinio, que constituye también una burla sangrienta al Evangelio. Quien quiera peregrinar, que se lo pague, o rece en su casa, como dijo Jesús, a un Dios que está en todas partes.

El mes del PP, por Diego Mas Mas

Testigo de la decadencia del Imperio, Quevedo reconocía que era lógico que las naciones a las que España había ido dominando le pudieran derrotar, entre todas, a ella. Ese reequilibrio pendular es el que provoca hoy el acelerado movimiento de recorte que está empezando a experimentar un PP que recortó casi todo a casi todos, en un expolio sin precedentes; recortes posibles debido al haber alcanzado un Imperio también máximo sobre los españoles, no por méritos propios, sino por el radical desfallecimiento del imperio anterior del PSOE. Y, como al PSOE, le llegará también pronto al PP su mes de noviembre, aunque no sea exactamente el día 20, ni el 11, San Martín, por más que intente desesperadamente evitarlo, con coletazos como el decretazo del julio pasado, o la ley mordaza de este mes de marzo.