La Nomenklatura era el grupo de nombres y familias políticas generado por la burocracia soviética, que se reproducía en circuito cerrado. Salvando las muchas distancias, en los sistemas pluralistas un modelo cerrado de partidos genera también su nomenclatura. Las nomenclaturas de PP y PSOE de la partitocracia española han yugulado, a todos los niveles, del central al local, su renovación. En mayor o menor medida, la aparición de Ciudadanos y Podemos es la consecuencia de la obstrucción de los conductos de regeneración del PP y el PSOE, que ha desviado los flujos sociales de la derecha y la izquierda, en especial los más jóvenes, hacia esa suerte de circulación extracorpórea, cuyo aliciente principal es la falta de pasado. Su emergencia debería verse como un triunfo de la biología de la democracia, que no desequilibra la mesa de juego, sino las sillas de los jugadores.