La Federación Española de Fútbol, presidida por Ángel María Villar, y la Liga de Fútbol Profesional, dirigida por Javier Tebas, enemigos públicos irreconciliables, se han dado la mano ante los representantes de federaciones y clubes. Han firmado la paz, transitoria, para reclamar al Gobierno el decreto mediante el cual se firme el contrato unitario con las televisiones. Miguel Cardenal, Secretario de Estado para el Deporte, que con la mejor voluntad promovió la operación de acabar con la insolidaridad en el reparto de beneficios televisivos, ha tenido que padecer más de un desprecio por parte de la Federación y ahora se verá presionado para que su Gobierno, finalmente, firme el decreto por el que el fútbol pasará a ser interés público.

No se entiende de otra manera que un espectáculo como este necesite ser regulado en lo tocante a sus futuros ingresos económicos por la Administración cuando la composición de los afectados no es homogénea y, en general, distinta a la de países del entorno.

La Liga es singular porque agrupa a clubes deportivos, y sociedades anónimas. Athletic Club, Fútbol Club Barcelona, Real Madrid y Club Atlético Osasuna se rigen por leyes distintas a las de los demás aunque en lo deportivo estén al mismo nivel. Sin embargo, no les son aplicables las mismas normas en lo que se refiere a la administración de las entidades. Los presidentes han de presentar avales con los que se comprometen a paliar los errores que económicamente puedan cometer durante su mandato.

El pacto firmado ha estado precedido de desplantes de Villar quien siempre ha mantenido discrepancias con la Liga, independientemente de quien la haya presidido. Con Tebas era natural que no se aviniera porque en el fondo siempre existe una cuestión de poder. Entre Villar y Tebas ha habido una cuestión de celos «mal reprimíos» porque se ha entendido que el Secretario de Estado estaba más al lado de Tebas, individuo que en gran parte de los estamentos futbolísticos es considerado un trepa.

El Decreto Ley establecerá un reparto más solidario. Hasta la fecha Real Madrid y Barcelona se han llevado a casa la esquila y el cencerro amén de las tetas de la vaca. Han existido diferencias humillantes. Han recibido 150 millones de euros y otros componentes de Primera no han llegado a los veinte.

En teoría, Miguel Cardenal abogaba por el reparto del 50 por ciento a partes iguales. Un 25 por ciento se aplica a la clasificación obtenida en el campeonato y el 25 restante a las audiencias televisivas. Los grandes seguirán siendo los más beneficiados porque siempre estarán por delante en la tabla y seguirán teniendo mayores seguimientos en la televisión.

Villar luchó por lo que considera derechos federativos para que los ingresos no fueran en su totalidad a los clubes, teoría muy discutible dado que son quienes captan los dineros y la Federación ya se abastece de los partidos internacionales, de competición o amistosos, en los que se nutre de trabajadores de las entidades que forman la Liga.