Desde el punto de vista material, entre Europa y África hay una ladera inclinada, pero de mineral muy firme, pues apenas se desprende riqueza de ella. Desde el punto de vista demográfico entre África y Europa hay una ladera inclinada y de material mucho más inestable, que amenaza un corrimiento de tierras. Aunque ésta parezca una forma algo brutal de verlo, pues bajo nuestra moral de lo políticamente correcto no se pueden equiparar economía y vidas humanas, esa moral es pura hipocresía, o sea, basura. No hace falta siquiera sentirse solidarios, y basta con volverse realistas de una vez, para entender que por la fuerza de las cosas, que en este caso es la fuerza de la gravedad, o Europa empieza a derramar riqueza hacia África, para integrarla poco a poco en el desarrollo, o la ladera demográfica irá derramándose cada vez más hacia Europa, por la fuerza inexorable de la geología.