En el año 480 a.c. el rey de Esparta, Leónidas, aguantó 7 días al poderoso ejército persa del rey Jerjes I. En esos 7 días los más de 210.000 hombres y 75.000 animales del ejército persa tuvieron que pelear a muerte en tres días batalla contra un ejército de solo 6.000 hombres liderado por Leónidas y sus 300 hoplitas espartanos. A Leónidas esa batalla le pilló con 60 años y un físico muy lejano del que luce el actor Gerard Butler en la película 300, pero ninguno de sus hombres dudó de su valor, ni tampoco de que llegado el momento de la batalla les conduciría a la victoria. La traición de Efialtes, que guió al ejército persa hasta la retaguardia del ejército de las polis griegas, nos dejará siempre con la duda de qué hubiera pasado en la más famosa batalla de la 2ª Guerra Médica en una pelea cara a cara.

En Grecia, al norte de las Termópilas, a sólo 158 kilómetros está la ciudad de Larissa. Allí nació y creció Vasileios Spanoulis. El nuevo Leónidas ha guiado a su equipo a tres finales, dos títulos, de la Euroliga, en los últimos 4 años. Olympiacos no tiene el presupuesto más alto de la competición, ni es la mejor plantilla de la Euroliga, pero sí tiene un ejército de espartanos dispuestos a dar la vida por su líder porque saben que siempre aparece cuando le necesitan. Por eso en la semifinal ante el CSKA nunca dudaron. A pesar de su mal partido ellos sabían que Spanoulis aparecería y el genio de Larissa sólo necesitó 3 minutos para acabar con el rival. El CSKA se mostró como un equipo con mucho dinero y con los mejores jugadores, pero sin alma y sin un líder que les llevara a la victoria. Spanoulis no tuvo un Efialtes pero quizás era demasiado pedirle culminar sus tres días de batalla en las Termópilas madrileñas con una victoria ante el anfitrión, sobre todo porque este año el Real Madrid también tenía un líder a la altura de la batalla, Andrés Nocioni.

La Real Academia Española define líder como «una persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como jefe u orientadora». Por eso hay veces que el mejor jugador de un equipo no es su líder, como ocurre en el Real Madrid con Cristiano Ronaldo o en el Barcelona y la selección argentina con Messi. Ser el líder es algo más, es liderar a tu equipo a la victoria haciéndole creer que siempre es mejor que el rival y respondiendo en los momentos más comprometidos.

Spanoulis es probablemente el mejor jugador que vemos en Europa. Sólo la ausencia de éxitos en la NBA, donde tuvo un paso muy discreto por Houston, y en su selección, donde la presencia de España y otro líder con mayúsculas como Pau Gasol, le han privado de un hueco en el Olimpo de los más grandes del baloncesto europeo, donde viven los Sabonis, Petrovic y compañía. Aunque no cerremos todavía los libros de historia porque de la misma manera que con 60 años Leónidas lideró a su ejército de espartanos en las Termópilas, al treintañero Spanoulis aún le quedan muchas batallas por ganar.