No es que Pedro y Pablo tuvieran caracteres distintos, es que eran como agua y aceite. Pedro era tenaz, impulsivo y algo tosco, pero nada visionario, y fue elegido por eso. Pablo tenía visiones, pero se quedó fuera de la elección directa, por llegar tarde a la fe y haber empezado persiguiéndola, antes de caer del caballo. Aunque Pedro tenía la titularidad de la marca, Pablo se trabajaba mejor a la gente, pues le cantaba las cuarenta con todo lo que no debían hacer (fundamental en cualquier religión) poniendo al día lo que no y ampliando la base. Cuando pasó a mayores la trifulca entre Pedro y Pablo, éste optó por abrirse y dedicarse a internacionalizar más el producto, que era bueno. El milagro es que dos líderes con patrones tan difíciles de encajar -algo así como una corbata y una coleta- no acabaran creando dos iglesias. Sin embargo los milagros son milagros porque no se repiten