Carl Lewis dominó con mano de hierro la velocidad en los años 80. El llamado hijo del viento no era un corredor explosivo, no tenía grandes salidas desde los tacos pero sus últimos 40 metros eran irresistibles. Su progresión en la segunda parte del hectómetro le valió ese calificativo de hijo del viento y 10 medallas olímpicas, 9 de ellas de oro. Lewis tenía claro que mas allá de una buena salida lo importante era tener todas tus fuerzas disponibles cuando los demás comenzaban a flaquear. Ese es el secreto y la filosofía del Barcelona de Xavi Pascual.

Xavi Pascual, quizás valiéndose de sus conocimientos como ingeniero técnico industrial, ha sabido llevar a sus jugadores a los play off de la liga en su mejor momento de forma. No es casualidad que en 6 años haya levantado cuatro títulos. En las otras dos ocasiones llegó vivo a los últimos minutos del quinto partido y sólo unos tiros libres de San Emeterio en 2010 y un último cuarto espectacular de Felipe Reyes después de un vibrante duelo con Jasikevicius en 2012, le han privado del pleno. Los comienzos nunca ha sido excelentes, la ligas regulares tampoco han sido para enmarcar pero siempre se ha levantado el título o se ha jugado el quinto partido de la final. Ese es el gran peligro que el Unicaja afronta desde esta noche en las semifinales de la Liga Endesa.

El Barcelona llega a este play off arrasando. La eliminación de la Final Four de la Euroliga ha sido este año el estímulo que necesitaba el grupo para iniciar un fin de campaña demoledor. Pleno de victorias con anotaciones por encima de los 80 puntos y defensas de 65. Un equipo que gana en casa y juega aún mejor fuera del Palau como demostró en su última actuación en el Carpena. Ante Tomic mantiene su producción en el campo, Justin Doellman ha recuperado su mejor forma, Maciej Lampe vuelve a recordar a su mejor versión como profesional y Satoransky ha explotado como jugador recordando al base que maravilló en Sevilla. Sólo la gestión del papel de Mario Hezonja en el equipo puede generar algún foco de tensión en una maquina que, ahora mismo, parece perfectamente engrasada.

Unicaja llega a este final con más dudas de las esperadas después de un mal final de Liga Regular y un mal partido en Vitoria en la primera ronda del play off. Eliminar al Barcelona y jugar la final sería un éxito enorme para el grupo de Joan Plaza, llevar la serie al quinto partido en el Palau sería un notable alto para un equipo que ha cerrado ya una gran temporada. Un año que sólo espera un broche final que todos esperamos que sea lo más dorado posible, bien alcanzando la final o bien logrando al menos la clasificación para la Euroliga de la próxima temporada.