En agosto de 2013 se publicó El capital en el siglo XXI, del economista francés Thomas Piketty. Esta obra de 600 páginas, dedicada al estudio de la desigualdad, inmediatamente traducida al inglés, se convirtió fulminantemente en un «best seller» mundial. Fue ese año el regalo de Navidad de mis hijos. Se lo agradezco. Como agradezco la llegada de otro libro, tan importante como aquél: Inequality: What can be done? Esta obra del economista británico Sir Anthony Atkinson, el pionero de la investigación del fenómeno económico y social de la desigualdad, nos ha llegado en mayo. Con esa magia que siempre tiene un libro todavía calentito de la imprenta. Lo ha publicado la Harvard University Press. Con sus 384 páginas y un precio razonable ya está en Amazon y en las librerías de Estados Unidos e Inglaterra. Es una obra importante. Muy importante. Como nos anuncia su título: La desigualdad: ¿Qué se puede hacer?» Y sitúa a su autor, el septuagenario profesor Atkinson (el que fuera mentor académico de Thomas Piketty) en la tradición de pensadores como John Maynard Keynes o David Ricardo.

Abre el fuego el economista con un certero y convincente ataque a la desigualdad. Ataque que nos alerta sobre los peligros para la cohesión social que representan los crecientes desequilibrios económicos y sociales en los países ricos, muy especialmente en Estados Unidos, Inglaterra y en países emergentes como China. Señala el veterano economista a la desigualdad económica como destructora de oportunidades y bienestar para millones de ciudadanos. Destaca en las advertencias de Anthony Atkinson la relacionada con los mecanismos que las minorías económicamente poderosas utilizan para influenciar a los gobiernos en una dirección muy concreta: la defensa y la protección de su riqueza.

Cuando se priorizan unos niveles bajos de inflación sobre la creación de empleo o cuando se potencia la bajada de impuestos para las capas más privilegiadas de la sociedad, en detrimento de la educación o las infraestructuras, es obvio que los gobiernos empiezan a funcionar como correas de transmisión de los intereses de los poderosos.

En los interesantes gráficos que acompañan a este libro indispensable (que espero poder ver pronto traducido al español) podemos seguir los cambios en ingresos y en la presión fiscal, cada vez más hostiles a las grandes mayorías. O seguir las líneas ascendentes de la desigualdad desde principios del siglo XX, con los paréntesis de las dos guerras mundiales y las décadas posteriores a 1945, para dispararse de nuevo a partir del 1980. Leyendo este libro, es obvio que el profesor Atkinson ha sido extremadamente cuidadoso en respetar el terreno ya explorado por su antiguo alumno y actual colega, el profesor Thomas Piketty. Ahí se puede ver a lo que convierte a un gran académico en un maestro de maestros.