Josep María Bartomeu convocó a los barcelonistas a las urnas y se ha topado con que ha de competir con Joan Laporta. El dirigente, que ha presumido por la conquista de una tripleta de títulos, Liga, Copa del Rey y Liga de Campeones, ha sido nuevamente imputado en una querella ante la Audiencia Nacional por el fichaje de Neymar, se tendrá que enfrentar a Joan Laporta que puede presumir de los siete trofeos conquistados en tiempos de Guardiola y, además, aporta su carácter político de marcado tinte independentista. Si ganara lo haría el 18 de julio, fecha de las elecciones. Puede ser un test para las intenciones independentistas de Artur Mas.

Están convocados los 109.637 socios barcelonistas y los presumibles candidatos, Bartomeu, Laporta, Jordi Majó, Toni Freixa, Jordi Farré y Agustí Benedito, tendrán que justificar su candidatura con el aval de 2.354 firmas de consocios. Todos los pronósticos apuntan a que la presidencia se la disputarán Bartomeu y Laporta.

El Barça fue el primer club que consiguió que su presidente fuera elegido por el total de sus socios, y entre ellos los hubo de distinta ideología. Tuvo al falangista Miró Sans y miembros de tendencias catalanistas como Raimón Carrasco (a su padre lo fusilaron tras la Guerra Civil) y los Montal, padre e hijo. En las elecciones presidenciales del club catalán, con consignas descafeinadas, siempre contaron los deseos de los ciudadanos por acudir a las urnas. En la mayoría de las ocasiones fueron simulacro de comicios que en el orden político estaban prohibidos.

Bartomeu es catalán y sus manifestaciones políticas siempre han sido moderadas. Laporta nunca ocultó su ideología. Utilizó al club como catapulta para la política. Del Camp Nou pasó a competir políticamente y obtuvo plaza de diputado en las Cortes Catalanas así como plaza de concejal en el Ayuntamiento.

Laporta pretende recuperar la presidencia y de entrada sus consignas cuentan con el apoyo de Johan Cruyff, La Masía, Cataluña y Unicef. Parece que pretende contar con Carlos Puyol para la secretaría técnica. Éste dimitió cuando fue destituido de su cargo Andoni Zubizarreta.

Laporta sueña con «una nación catalana con Estado propio». En el 90 ya estuvo en el Partit per la Independencia. Fundó el partido Democracia Catalana para luchar por la independencia. No se arrugó para impulsar Solidaritat Catalana per la Independencia.

Entre sus manifestaciones se puede anotar las que hizo como presidente de Democracia Catalana: «La independencia es esencial para Cataluña porque afecta a todas las personas que viven y trabajan en nuestra comunidad, porque no rompe ninguna relación sentimental con nadie y porque es la única vía para salir de la crisis económica, democrática y cultural en la que por desgracia estamos instalados».

El 18 de julio, fecha tan señalada, podría ocurrir que las urnas le dieran el mando por segunda vez a Joan Laporta. En esta ocasión lo harían contando con sus planteamientos políticos. Esta vez y teniendo en cuenta los antecedentes de la silbatina de la final de Copa, y los silbidos a Gerard Piqué, el Barça podría tener en la mayoría de los campos de Primera División la enemiga política. Probablemente veremos más banderas nacionales que nunca y manifestaciones que poco tendrán que ver con el fútbol.