Las realidades históricas son basura electoralista para algunos

Parece ser que lo que ahora está de moda es remover la historia, y con sumo cuidado clasificar la basura, que siempre dicen que es de «otros», esparcirla y poner en marcha los ventiladores.

Lo más sorprendente es que, los que así actúan, ni han vivido ni han sufrido la historia que desean quemar y hacer desaparecer.

El odio populista convierte en amenaza lo que ellos no han vivido; el odio populista inventa tribunales internacionales para la negra España, únicamente para la parte de España que ellos señalan.

Veinte o treinta años; qué más da. Generaciones posteriores a 1978.

Si lo que han aprendido objetivamente en sus años de estudios es sólo odiar la época de Franco y condecorar la década de los años 30, hemos fracasado todos.

Fracaso fue transferir la educación a las comunidades autónomas; fracaso fue liberar totalmente la Universidad y abrirla a politiqueros utilitarios; fracaso fue la inoperancia política y judicial ante el desacato y la desobediencia de algunos líderes autonómicos; fracaso fue usar la prudencia política para beneficio electoralista.

Deberíamos reflexionar y pensar que la historia debe ser siempre lo más respetado y el libro mejor guardado.

Las realidades históricas jamás deben convertirse en armas de odio.

Si queremos paz y prosperidad borremos de nuestro diccionario las palabras odio, revanchismo, tribunales internacionales y con orgullo sepamos darnos la mano y abrazarnos.

Las nuevas generaciones deben conocer la historia para comprender, nada más que para comprender.

Los clasificadores de basura lo mejor que pueden hacer es jubilarse y dejar vivir para poder construir una nueva España limpia y sin seriales lacrimógenos de amores y odio.

Ángel Alonso PachónMálaga