Pues parece que definitvamente ni Burgos ni Orense, los equipos que lograron plaza de ascenso esta temporada en la LEB Oro, podrán ver cumplido ese sueño de competir en la ACB. Y es que parece que es más importante ganar partidos en los despachos que en las canchas. Y no es la primera vez. Burgos lleva varios años ganándose su derecho a competir en la mejor liga de España sin conseguirlo por culpa de diferentes motivos. Esta temporada todo parecía indicar que Orense sí iba a tener ese privilegio. Pero dicen que la presión de algunos clubes de ACB (uno de ellos había descendido deportivamente) impedirá que el equipo gallego suba de categoría. Ahora quedan semanas de pleitos para intentar que se reconozca aquello que se consiguió en las canchas, lugar donde creo se deben ganar el derecho a ascender.

Y digo yo,¿para qué se compite? ¿Para qué te gastas el dinero en formar un equipo con los mejores jugadores posibles? ¿Para qué juegas cada viernes? ¿Para qué existe la LEB Oro? Con esto del canon necesario para participar en la ACB, un canon altísimo (más incluso que el presupuesto de muchos equipos), la competición parece totalmente cerrada. Puestos a eso, ¿no sería más honesto cerrarla definitivamente y que no hubiera ni ascensos ni descensos?

También resulta curioso que no se permita ascender a clubes que aparentemente parece que están saneados económicamente, con presupuestos cada vez más bajos, pero que no se gastan más de lo que tienen. Y sorprendentemente los que deciden si estos clubes no pueden ascender son otros clubes que no están tan saneados, tienen deudas, no pagan al día a sus jugadores y gastan más de lo que tienen presupuestado. Todos hemos oido hablar de equipos que están en la ACB y que tienen estos problemas. Y sin embargo, ahí siguen compitiendo año tras año. Y encima si algún año coincide que descienden deportivamente pues ya ganan en los despachos la posibilidad de mantenerse en la primera liga del baloncesto español.

Ahora tenemos el ejemplo del Elche en el fútbol. Este club ha descendido administrativamente por problemas económicos. Una nueva directiva parece que ha conseguido subsanar esos problemas y ahora andan detrás del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) para que les permita quedarse en primera división, un derecho que no perdieron en los terrenos de juego. Y es que parece que se están poniendo muy serios en la investigación económica de los clubes de fútbol (que se lo pregunte a nuestro Málga con la UEFA). Esto hace que me surja la siguiente pregunta: ¿qué pasaría si esas investigaciones se realizaran a los clubes de ACB? ¿Cuántos presentarían unas cuentas saneadas? ¿Cuántos pagan al día a sus jugadores? ¿Cuántos deberían perder la categoría como parece que va a hacer el Elche?

Quizás el hecho de cerrar la liga ACB podría ayudar a que los clubes que están en ella pudieran competir gastándose sólo el dinero que tienen y no el que no tienen. Posiblemente sin ese miedo al descenso los clubes sanearían sus cuentas. Y en esa liga cerrada deberían participar aquellos clubes que demuestren que son capaces de esto, de cumplir con sus presupuestos.

Lo que parece evidente es que tal y como está establecido ahora es normal que un club modelo como el Tizona de Burgos se plantee no salir en ninguna competición profesional. Y es que para qué competir en una liga tan cara como la LEB Oro si después de trabajar con seriedad y ganar no vas a acabar ascendiendo.

No sólo es caro competir en LEB Oro. También lo es en LEB Plata. Y ahí tenemos al Deportivo Coín, un club que con un enorme mérito han conseguido ganar en las canchas su plaza de ascenso a esta categoría tras una brillante temporada y están teniendo enormes problemas para encontrar los soportes económicos que les permitan cumplir su particular sueño de jugar en esta competición nacional. Desde aquí mando mis ánimos a Juan José Méndez y todos los que están buscando el dinero debajo de las piedras, ánimos que compartimos sin duda todo el baloncesto malagueño. Méndez, siempre has demostrado cumplir lo que te propones. Esta vez no va a ser menos. ¡A por todas, macho!