Hoy les traigo una historia real digna de ser conocida, una ilusionante muestra de entrega y solidaridad, el ejemplo de un niño que hace grandes a los hombres.

Miles Scott sobrevive al cáncer afrontando el futuro a sus cinco años de vida, es un luchador nato que no suelta la mano de su padre mientras cuenta a todo el mundo que de mayor quiere ser Batman. El optimismo del pequeño llegó a oídos de la fundación Make a wish (Pide un deseo) y en ese momento la naturaleza humana se empeñó en demostrar que aún tenemos remedio.

La ciudad de San Francisco recogió el guante y se puso manos a la obra con más de diez mil personas colaborando desinteresadamente en la producción de esta asombrosa aventura para regalarle a Miles una sonrisa.

Una mañana cualquiera Batman llegó a casa de Miles para pedirle su ayuda, el jefe de policía había puesto cientos de agentes a su disposición para luchar contra el crimen pero el superhéroe sabía que sería imposible conseguirlo sin la fuerza de Miles. Canales de televisión tan importantes como CNN, ABC o CBS se hicieron eco de la noticia en directo, e incluso se editó un periódico ficticio con cientos de ejemplares para informar a la ciudad de la aparición de Batkid, el niño murciélago. Se creó un Batmóvil para la ocasión, miles de vecinos participaron como figurantes y se llevó a cabo todo lo necesario para que Miles y Batman pudieran liberar a una mujer secuestrada, evitaran el robo de un banco y salvaran a la mascota de los Giants.

Si al pequeño le quedaba alguna duda de que su sueño se había hecho realidad ésta desapareció cuando el mismísimo Barak Obama le agradeció su conmovedora actitud. De repente, entre piruetas y escenas de acción los disfraces dejaron de serlo, el atrezo cobró realismo, San Francisco desapareció para convertirse en Gotham City y cada detalle se sumó a la magia para que los ojos de un niño enfermo jamás olviden el mejor día de su vida, una emotiva jornada que terminó en el estadio AT&T Park con el sonriente Miles abrazando a su padre para decirle: ¿Ves papá? Te dije que lo conseguiría.

Para mí, esto que los descreídos tacharán de americanada, conlleva una enseñanza. El esfuerzo de unos vecinos logró que un niño olvidase su enfermedad y que por petición de quien admira venciera los dolores y la medicación por un simple motivo, poder ayudar a los demás. Ante eso a uno no le queda más remedio que preguntarse qué nace en el espíritu humano para que alguien supere su propio infierno y se entregue por aquellos a quien ni siquiera conoce, qué hace que el modelo de una persona sirva de inspiración a otras.

Ya sea Jesucristo, Buda, un padre, una esposa, Superman, tu mejor amigo, un desconocido, un deportista, un vecino o un personaje literario, ya sea real o de ficción, no le quepa duda de que sus acciones se reflejarán en el comportamiento de alguien, y usted querido lector es tan padre, amigo o vecino como cualquiera. Sus actos guiarán el futuro de quien menos se imagina, solo basta con que alguien le mire con ojos de niño.

Es una simple cuestión de responsabilidad, pues todos somos esponjas y espejos. Es nuestra obligación transmitir con el ejemplo, el secreto radica en saber a quién se enseña y de quién se aprende.

Quiero más historias como la de Miles. Reconforta saber que gracias a nosotros existe salvación para nosotros a pesar de nosotros.