Los clubes españoles tienen desde hace unos años un nuevo «enemigo» a la hora de fichar jugadores: Hacienda. La alta fiscalidad española en comparación con otros países del continente hace que conseguir que grandes estrellas del fútbol o del baloncesto vengan a nuestras ligas sea cada vez más difícil. El Unicaja lo ha sufrido esta semana en varias de las operaciones de mercado que está intentando. A pesar de la rebaja en la fiscalidad en Andalucía al 48%, Todorovic pagará en Rusia un 13% en impuestos. Y es que la fiscalidad es muy distinta no sólo en Europa sino también en España.

Las últimas rebajas fiscales en España han aliviado un poco las arcas de nuestros clubes pero tampoco mucho y las diferencias se siguen manteniendo. Así un jugador americano que venga a jugar al Barcelona pagara un 49% de impuestos, si el mismo jugador va al Unicaja pagará un 48%, si lo hace en el Real Madrid cotizará un 44,5% y si juega en el Baskonia sus impuestos serán del 22,5%. Como ven la diferencia es brutal y como los jugadores extranjeros cobran en neto las diferencias provocan un gran agravio comparativo.

Un ejemplo, si un jugador americano duda entre jugar en Málaga o en Vitoria y quiere cobrar 300.000 euros netos, al Unicaja le costará 600.000 euros y al Baskonia unos 400.000. Unas diferencias que muchas veces inclinan la balanza, sobre todo en los jugadores sujetos a derecho de tanteo en la Liga Endesa. Pero si estas diferencias son importantes, son una anécdota comparada con lo que ocurre en el mundo Euroliga.

La fiscalidad de la zona Euroliga presenta además una paradoja, las zonas donde se mueve más dinero es además donde se soporta una fiscalidad más baja. Turquía, Rusia, Grecia e Israel son los campeones de las rebajas fiscales. La fuga de jugadores a Turquía está basada en parte a la baja fiscalidad que soportan los contratos de los jugadores, sólo un 15%. Si eres turco, la cotización se eleva hasta el 35%. En Rusia aún es más barato, si juegas más de seis meses en la liga la fiscalidad se reduce al 13%. Y seguramente pensaran: ¿Hay alguien que pague menos? Pues sí, en Israel. Los jugadores americanos pagan un 0% de los primeros 100.000 euros y el resto al 25%. El cuarto caso, el de Grecia, es paradójico porque aunque la fiscalidad está en un 22% para menos de 100.000 euros y llega hasta el 40%, la leyenda dice que hay muchas maneras de pagar menos. El caso práctico sería que para fichar a Jamar Smith por 300.000 euros netos al año, al CSKA le costaría 350.000, al Efes 360.000, al Maccabi 375.000, al Baskonia 400.000 y al Unicaja 600.000 euros. Si a esto sumamos la diferencia de presupuesto entre el CSKA y el equipo de la Costa del Sol, convendremos en que es mucha diferencia y que es un pequeño milagro el que año tras año realizan Manolo Rubia, Carlos Jiménez y Joan Plaza para conseguir que el equipo verde siga compitiendo cara a cara con rivales que parten con una gran ventaja económica.