El mulá Omar ha autorizado que los talibanes negocien la paz con el gobierno afgano, sentenciando que el Islám no prohibe las interacciones pacíficas con el enemigo. Hay que esperar que el Congreso USA siga su ejemplo, y no impida la interacción de Obama con el régimen de los ayatolás. Nunca se sabe de dónde puede venir una innovación semántica, y la del mulá Omar resulta gloriosa. Aunque Occidente suele despreciar la inteligencia de los infieles, un think tank de Washington se ganaría los sueldos de un año sólo con que hubiera dado con la palabra-receta "interacción pacífica", como conclusión de un report de 10.000 palabras. De la guerra fría se pasó a la coexistencia pacífica hace más de medio siglo, en buena parte gracias a la expresión "coexistencia pacífica". Ahora todo se lo debemos al Califato, que al subir la apuesta ha hecho que los demás jugadores se miren como colegas.