Según una noticia de ayer lunes los técnicos del Área de Sostenibilidad Ambiental del Ayuntamiento de Málaga han realizado un estudio que dice que la provincia de Málaga cuenta con 19 zonas tranquilas que tienen una buena calidad sonora y visual.

Quienes leéis esta columna con frecuencia estaréis esperando que comience mi irónica misión sobre cuál ha sido la zona tranquila elegida en el distrito 2, en la zona este, esa maltratada por el Ayuntamiento legislatura tras legislatura.

Pero no, esta vez me voy a detener en unas declaraciones que escuché por parte del concejal Raúl Jiménez; eran en relación con el ruido en el Centro. Reconoció el problema, lo que le honra, pero la solución que propuso para arreglar el problema del ruido consistía en dos medidas: una subvención para el doble acristalamiento de los vecinos que viven en el Centro, (pagado con nuestros impuestos claro) y limitar las futuras licencias para negocios del ocio en el Centro. Es decir, ninguna de las medidas que planteó soluciona el problema, que es el ruido que se genera debido a los negocios que actualmente hay en el Centro. Esto es como si para evitar un punto negro de tráfico en una ciudad en lugar de proponer reducir la velocidad de los vehículos, la propuesta fuera que los peatones se compren protectores corporales de fútbol americano. Ridículo.

Al Ayuntamiento le hace falta tomar decisiones, decisiones de las que no complacen a todos, sólo tomando decisiones que no agraden a todos pasará de ser un simple adulador de ciudadanos a gobernar. Pero eso les provoca intranquilidad a los concejales y directores de área. No habría mejor tranquilidad que saber que alguien está intranquilo tomando decisiones.