Tras descubrir el término diálogo, pronunciado sin descanso durante las campañas electorales del año, cundía ya el temor de que esta bonita y necesaria costumbre se quedase congelada cual estatua. Como si de un cuadro se tratase, presidiendo el salón de plenos pero sin voz ni voto. Pero el mes de julio, además de calor, nos deja un acuerdo en el Ayuntamiento de Málaga, con diálogo de por medio. El PP y el PSOE han resucitado juntos el proyecto del Polo Digital en la antigua Tabacalera. Una victoria política para De la Torre tras los varios varapalos recibidos en lo poco que va de mandato. Y es que el único acuerdo hasta ahora había sido el de la oposición rechazando juntita el hotel de Moneo o la urbanización de los terrenos de La Térmica. Proyectos que han quedado en el cajón y que en otros tiempos, los de la mayoría absoluta, hubieran salido adelante sin problemas. Las previsiones tras las elecciones municipales se cumplen. Está claro que este mandato va a estar animado. Aunque la que no se mostraba ayer muy contenta era la socialista María Gámez, que recibió las críticas del resto de la oposición por apoyar el proyecto del Polo Digital que antes rechazaba. Un cambio que le costó tener que escuchar a Eduardo Zorrilla llamando a su partido «muleta del PP». «En adelante nada será igual», añadió el portavoz de IU-Málaga para la Gente en tono de culebrón televisivo. Es lo que tiene el diálogo, que suele ser más fácil entre dos que entre tres y a veces viene con daños colaterales. Tal vez por eso, para distanciarse tras el acercamiento, Gámez contestó con un lacónico: «No es nuestro proyecto». Como quien intenta excusarse tras haber hecho una travesura.

Tampoco el polo es del agrado del portavoz de Ciudadanos, Juan Cassá, que de teórica muleta parece haber pasado a azote del alcalde y suma crítica tras crítica. Las últimas por la limpieza o, mejor dicho, por la suciedad de las calles de Málaga, y por el «triste ejemplo de despilfarro» que a su juicio será el centro de contenidos digitales.

Diálogo, acuerdos, desacuerdos, críticas. Y esto sólo acaba de empezar.