Una encuesta nos dice que uno de cada cuatro españoles todavía cree que el sol gira alrededor de la tierra.

Un número casi idéntico aún cree en el infierno. Y acabamos de comprobar que una cantidad parecida sigue votando al mismo Gobierno. Dios quiera que ese porcentaje, como indica cierta lógica, corresponda fundamentalmente al mismo grupo de personas y no formen una compleja mayoría que retrase aún más nuestra incorporación a la modernidad,

o incluso dé marcha atrás en lo ya conseguido.