Llegamos deshidratados al Healthhouse Las Dunas, un cinco estrellas gran lujo, en Estepona, que es un oasis en la autovía. Allí nos recibe Sandra Huerga Kanzler. Este hotel medical spa lleva abierto bajo el concepto actual poco más de un año, propiedad de Félix Revuelta, alma de Natur House en más de cuarenta países y ahora mecenas de una aventura periodística. Pasamos por el gym, la sala de nieve, la de drenajes linfáticos o anticelulíticos, las cabinas de agua, la sauna, los tratamientos jet lag regenerador, los masajes a cuatro manos, la envoltura corporal a la arcilla blanca€ Andoni Luis Aduriz es el chef, responsable de menús a 80 euros con menos calorías que una cocacola. Me quedo mirando el mar con la piscina desbordante por delante e imagino cuando las celebrities descansan aquí y van de acá para allá en albornoz, sin maquillaje€ y, claro, no quieren que las sorprendan, pues sorpréndase usted, amigo lector, si bajan a la playa puede que la tribu de reporteros acampada en Marbella envíe drones con cámaras para fotografiarlas. Y si sobrevuelan el territorio del hotel pueden ser abatidos los aparatos voladores por alguna clase de artillería que no especifica mi fuente. Recorremos pasillos de mármol, de luces tamizadas y en silencio y nos alejamos de la paz por la carretera del recuerdo.

A las ocho asistimos a la inauguración del nuevo despacho de Soledad Benítez-Piaya, abogados de familia, en el magnífico edificio Edipsa, cuya señorial entrada podría acoger exposiciones de pintura, fotografía€ a pie de calle, alguna hubo. El despacho de Sole da a Puerta del Mar, luminoso gran espacio, no sé si invita a trabajar o a soñar. Allí saludo a Santiago Souvirón, Ignacio Díaz€ El Carramimbre es un gran acierto. Con Javier Porras, Rocío González -que busca con su móvil el mejor ángulo y altura para una toma fotográfica- y Fabiola nos instalamos en la sala de juntas y hablamos de un próximo business que inauguraremos el 29. Por cierto, que se espera con expectación la apuesta gastronómica de El Corte Inglés en su planta sexta, que tendrá entrada exclusiva mediante un ascensor hasta por la noche; se prevén 120 nuevos puestos de trabajo. Esto es lo que hace falta, competencia, a despabilarse tocan, a sacar lo mejor de nosotros mismos. Otro negocio que marcha viento en popa es el de los Baños del Carmen, incluso hay un rayito de luz con la Junta, que ya es decir. Si esta opción no se consuma, la rehabilitación del entorno dormirá varios años hasta que haya sentencia.

El relato de los drones me recuerda una memorable conversación de chica y chico en Juegos de espía, de Ilka Jarvilaturi. Dice ella: Siempre están ahí arriba viéndonos. Le pregunta él: ¿Te refieres a las estrellas? Respuesta: No, a los satélites.

Qué poco romántica, le diría yo, pero es así. El CESID estuvo hace muchos años en la Plaza de las Flores y después en una residencia militar, ahora el CNI está más lejos y mejor protegido. Lugares también de otra clase de romanticismo. En septiembre, Frederick Forsyth va a anunciar en un nuevo libro que también trabajó para el MI6, además de volar con la RAF. Disfruté mucho con Chacal, Odessa, El puño de Dios€ lo que usted no sabe es cuánta verdad hay en esas páginas y cuantas horas de vigilia, errores y aciertos por este orden. Pero disfrutaríamos más todos con los nombres de muchos colaboradores del servicio de Inteligencia español, desde un ex consejero de la Junta hasta directores de hoteles€

periodistas, al fin y al cabo la materia prima es la misma, la información, una vez que ésta se elabora tenemos inteligencia para la toma de decisiones. Una perla de hace años: en cierto casino de la Costa del Sol un importante terrorista pagaba a cierto personaje pasándole en la mesa de juego considerables cantidades de fichas. No sabía que estaba siendo grabado, porque todas las mesas de juego son grabadas, aunque no siempre hay alguien que sabe ver. Ese terrorista está hoy en una cárcel norteamericana. Me quedo con estos versos de Skakespeare como contrapunto a los secretos de Estado:

Cansado de los tráfagos del día en solitario lecho me reposo.

Mas nada puedo yo contra el acoso de tu imagen, y soy de ella vigía hora tras hora. De la lejanía en que te pierdes, mi idear fogoso te me hace tan como eres que es penoso verte hija de mi fantasía.