¿A qué estamos jugando en Gibraltar? Creo que después de trescientos años, la cuestión de la roca merece un esfuerzo más allá de la nausea patriotera esgrimida por aquellos que lo único que buscan es humo para tapar su nefasta acción política, aunque no es menos cierto, que ni el PSOE cuando gobernó, ni la Junta de Andalucía en más de treinta años, se han preocupado de buscar soluciones y es que no es Gibraltar el problema, si no la miseria que arraiga en el Campo de Gibraltar, que depende casi en exclusiva de las limosnas que vienen del Peñón. ¿Pero existen soluciones al conflicto de Gibraltar por fuera de la cuestión soberana?. Categóricamente sí.

Supongamos que España decide crear una zona económica especial en el Campo de Gibraltar que comprendiera La Línea y toda su área de influencia. Objetivo: hacer una zona franca delimitada en competencia directa con Gibraltar y crear una estructura de ocio al más puro estilo Macao, con casinos, hoteles de lujo, un puerto deportivo, un aeropuerto y hasta un paseo marítimo que jalonara su espléndida playa de arena blanca de más de 14 kilómetros, con la ventaja, de que a menos de 60 kilómetros está Marbella, una de las ciudades de turismo de calidad más conocidas del mundo.

Las consecuencias a medio plazo no se harían esperar; primero, el foco de actividad económica de la zona cambiaría de ubicación y segundo, la cuestión soberana pasaría a un segundo plano y hasta es posible que a largo plazo, fueran los propios "llanitos" los que desearan cambiar su pasaporte por el español.