Han pasado tres días desde que el 16 de agosto celebramos la procesión de San Roque, el patrón de nuestro pueblo, y he dejado pasar estos días para poder tranquilizarme, y a la vez ver las cosas desde un punto de vista más sosegado. En el pregón de Feria, que tuve el honor de hacer, sin que todavía no había pasado nada, dije dos frases (13 de agosto) que han venido a rubricar los hechos sucedidos antes y durante la Procesión del Santo Patrón San Roque.

Para aquellas personas que no saben la tradición de nuestro pueblo de Tolox les digo que es costumbre desde el año 1712 es arrojar cohetes al Santo como una promesa por distintas causas.

Pero me voy un poco más atrás. Ocurrió en el año 1711: el Santo era sacado en procesión desde hacía más de un siglo, la costumbre entonces era de disparar con los trabucos al paso de nuestro patrón. Debido a unos hechos ocurridos, el Ayuntamiento en pleno acordó prohibir los disparos de los trabucos; desde entonces los cohetes hicieron presencia en las procesiones, y no solamente en San Roque, sino cualquier acontecimiento era celebrado con el lanzamiento de estos artefactos: bodas, comuniones, llegada de los toloxeños de las llanuras de Sevilla, Córdoba, Jerez... A su paso por la ciudad de Ronda compraban los cohetes para lanzarlos al entrar al pueblo por la Cuesta del Gallo.

Han transcurrido desde entonces 304 años, o sea tres siglos. Durante estos años el día 16 de agosto ha salido en procesión nuestro patrón, a excepción del año 1936, por la Guerra Civil española, o sea que han sido 303 años, o mejor dicho 110.594 días los que ha pasado desde entonces.

Este año ha estado a punto de suceder un nuevo episodio de no salir en procesión nuestro Santo Patrón ¿Por qué? Ésta fue la pregunta que me hice el día del pregón. ¿Por qué? Durante estos tres siglos transcurridos no ha habido nunca muertos, heridos sí, pero de poca consideración; sin embargo parece ser que en estos años, poco, hay una mano negra en contra de Tolox y de su cojetá.

Desde que tengo uso de razón, y voy para 78 años, solamente he faltado a la procesión de San Roque dos años seguidos por asuntos de trabajo, pero yo recuerdo que cuando salía el Santo iba escoltado por la Guardia Civil del Puesto de Tolox, dos números, con su fusil a hombro y paso lento, nunca ha ocurrido nada, pero, amigos, los tiempos han cambiando desde hace un par de años, la presencia de la Guardia Civil ha sido yo diría un poco o un demasiado referente al paso de la procesión; pero este año, señores, creo que se han pasado: su actitud no ha sido demasiado tolerante, yo diría que arrogante.

Un total creo de unos quinces entre ellos un capitán, un alférez, tres sargentos varios cabos primeros y varios de tropas... ¿A qué viene todo esto? Es la pregunta que se hace el pueblo de Tolox, y no solamente el pueblo sino el gran número de personas asistentes de fuera para ver a un pueblo volcado en su tradición y religiosidad. También dije durante el pregón que Tolox a través de los tiempos fue maltratado, incluso quemado y hoy día resurge como un pueblo sencillo, honrado y trabajador y cuyas gentes son personas amables y cien por cien hospitalarias.

Yo me pregunto: ¿Por qué no se dialoga? ¿Por qué no se sientan frente a frente en una mesa y se charla? ¿Por qué a todo lo que hace Tolox se le ponen trabas y más trabas? Sabemos que las leyes hay que cumplirlas, pero me pregunto: ¿a rajatabla?

Señores, se está jugando con la honradez de un pueblo, de una comunidad que siempre se ha distinguido por ayudar a los demás y eso lo saben los miles de forasteros que nos visitan durante el año; no somos terroristas, somos hijos de Dios y muchos toloxeños llevan el uniforme con orgullo por toda la geografía española. Por favor, un poco de respeto.