Entre primos anda el juego, por José-Tomás Cruz Varela

El primo Alexis le ha jugado una mala pasada al primo Pablo justo en el momento más inoportuno, al comienzo de la campaña de las elecciones generales en España. Defender algo y lo contrario como pretende Tsipras es tan sumamente complejo como lograr la cuadratura del círculo. Iglesias, aunque con ciertos tropiezos en los últimos meses como están reflejando los sondeos de opinión, ha continuado y mantenido vivo su partido, si bien tras el golpe infligido por el líder de Syriza lo tiene bastante complicado.

Con posterioridad al revés griego y sus posibles consecuencias, Podemos se encuentra instalado en la nebulosa de la incertidumbre y desprovisto de un proyecto político a defender, como para Tsipras lo era el salir airoso en las negociaciones con la troika, a pesar del numerito del referéndum, que le impedía cumplir unas promesas electorales utópicas y provocando a continuación la actual fractura de su propio partido obligándole a la convocatoria de unas nuevas elecciones anticipadas, pero defendiendo todo lo contrario.

Muy poco aprenderemos o menos podrán enseñarnos los helenos a la hora de cometer idioteces. Disponemos en España de nuestros propios artífices lo suficientemente adiestrados y expertos para incurrir en despropósitos.

Obviamente, Podemos, está intentando por todos los medios desvincularse del efecto contagio y Pablo le devolverá a Alexis todas las cartas, fotos y abrazos. Solo existe un inconveniente y es que los españoles, con independencia de que los políticos tratan de evitarlo también reflexionan, todo lo cual y como era de esperar, está aprovechando la oposición a diario para demostrarle a los votantes que tales «maneras» solo conducen al más rotundo de los desastres.

El líder podemita tiene el panorama bastante crudo. Se pasó siete pueblos en elogios y alabanzas a su colega griego y ahora, tantos cariños le están pasando factura en el peor de los momentos, intentando defenderse con unas justificaciones que mueven a la hilaridad y con la colaboración de su compañero Iñigo Errejón, siendo contrariados por el sector izquierdista del partido, hasta afirmar como hizo Teresa Rodríguez, dirigente del partido en Andalucía que: «Me aterroriza el temblor de piernas de Tsipras tras haber conseguido un no claro de la ciudadanía para ser desobedientes con la Troika».

Son multitud los simpatizantes y varios de su propia formación, los que apuntan que el próximo candidato al fracaso será Pablo Iglesias y Podemos, a no ser que las circunstancias experimenten un cambio inesperado que todo lo modifiquen o aparezcan graves y nuevas irregularidades en el PP. De momento el partido de los círculos continua perdiendo fuerza, votos y por ende diputados, camino de verse obligados a pactar con el PSOE y ejercer de «acompañantes señoritos» con sus 40 diputados que les adjudican algunos malpensados.

Al margen de visionarios y profetas, a tres meses de los comicios generales, el desencanto generado por los populismos de Podemos, no coincide para nada con las esperanzas depositadas en el mencionado partido en sus inicios, siendo infinidad de ciudadanos los que vieron en Iglesias el candidato perfecto para liberar a España del bipartidismo con todos sus vicios y especialmente el de la galopante corrupción.

Las recetas de corte populista en todos los casos han sido una tentación inevitable para todos los gobiernos, pero indefectiblemente con resultados nefastos….¡¡Tiempo al Tiempo!!