Esta semana los amantes del baloncesto de cantera recibimos la grata noticia de que Alberto Díaz, malagueño y formado en Los Guindos desde que era un «micaco», jugará en el Unicaja. Joan Plaza confirmó que el sueño del chaval se convertía en realidad en la rueda de prensa de su renovación, otra gran noticia.

Seguro que vendemos esto como una apuesta por la cantera o que creemos en Alberto como jugador. La realidad de que el chico sea el «famoso» jugador doce del Unicaja tiene un talante meramente económico. Tampoco es una apuesta por parte del entrenador, que manifestó antes de las vacaciones que Stefansson era su elegido para esa duodécima licencia. Alberto tiene contrato en vigor, contrato que tiene que pagar el Unicaja aunque jugase cedido en otro equipo (es decir, tenían en nómina a trece jugadores, catorce si contamos a Todorovic). Incluyéndolo entre los doce profesionales de la plantilla, el club ahorra porque, como todos pueden entender, su remuneración es más barata que la del jugador islandés y sólo habrá doce contratos profesionales. A veces lo económico prima sobre lo deportivo.

Me imagino que al chico le habrán puesto muy negro jugar porque el nivel de la plantilla es alto, la exigencia será enorme y su experiencia mínima. Pero seguro que esa parte no se cumplirá. Esta temporada no habrá nadie en ese equipo con más ilusión que Alberto, con la humildad de quien se siente con mucho por aprender pero con la ambición de hacerse un hueco en el grupo y pelear con uñas y dientes por cada minuto. Con el cuchillo entre los dientes como siempre oyó decir a alguno de sus entrenadores de cantera. Markovic y Nedovic tendrán que emplearse a fondo porque el pelirrojo no les dejará respirar.

Puedo entender que alguien en el club piense que Alberto no puede jugar en Euroleague. Muchas veces he oido que cómo le vamos a emparejar con Spanoulis, por ejemplo. Es cierto que le faltará la experiencia (el físico también todavía) y que jamás se enfrentó a ese tipo de jugadores. Pero, ¿cómo tener la certeza de que no puede jugar a ese nivel si nunca se le dio la oportunidad? Tampoco debemos olvidar que hablamos de un chico que ha sido importantísimo para España en todos los campeonatos de su categoría que ha disputado. Vamos, que no es manco. De todas formas, la temporada es muy larga, hay muchos partidos. Y creo que nadie puede discutir que Alberto Díaz ha demostrado sobradamente que puede jugar contra todos los equipos ACB. ¿No puede jugar quince minutos contra equipos como Estudiantes, Sevilla, Murcia, Obradoiro o Manresa? (con todos mis respetos para esos equipos) ¡¡Y más de quince!!

Alberto es un jugador que casa a la perfección con el baloncesto que le gusta a su nuevo entrenador. Para él, jugar agresivo en defensa y correr el contraataque no resultará un problema. Por supuesto que tiene cosas que mejorar. Pero tengan por seguro que él las conoce y pondrá todo su empeño por corregirlas y mejorar. Además, hemos visto como Plaza hace crecer a sus jugadores, ¿por qué no va a crecer Alberto bajo su dirección?

Hay otro aspecto importante. El Alberto Díaz del Bilbao Basket o del Fuenlabrada nada tendrá que ver con el del Unicaja. Y es que va a jugar en el equipo de su ciudad, donde se ha formado como jugador y como persona. Él es más del Unicaja que el abanico, siente esa camiseta y va a pelear por su equipo como siempre lo ha hecho desde que le conozco, cuando iba a entrenar a Los Guindos con sus gafas de empollón. Este hecho aumentará su rendimiento sin duda alguna. El Alberto Díaz del Unicaja será mejor que el que hemos visto estas dos temporadas en la ACB.

Pero además él tiene algo especial, algo que nadie se lo ha enseñado, que es suyo, de su cosecha. Alberto tiene una personalidad arrolladora y estoy convencido de que en unos años se hará con ese vestuario y lo liderará hasta convertirse en el capitán, el capitán del Unicaja. Y es que Alberto Díaz viene para quedarse muchos años.

¡Enhorabuena, «Zanahorio»! Disfruta de lo que vas a vivir pero no dejes de trabajar y nunca te conformes, siempre a por más. Con el cuchillo entre los dientes...