Ante el curso escolar

Me decía una madre en la entrevista de tutoría de su hija de catorce años: mire, a mí las Matemáticas me preocupan hasta cierto punto, Yo venía a preguntarle si es educada con los profesores y no maltrata a sus compañeros. Lo que me interesa es que sea buena gente. A muchos padres con los que comento de sus hijos, mayorcitos, qué curso estudian o en qué trabajan, al final les digo: ¿pero son buena gente? Sí, es noble, es muy sincera, ayuda en casa, Se preocupa de los hermanos… Los matrimonios tienen que plantearse qué quieren conseguir de sus hijos este próximo curso; para ello es necesario pensarlo y acordarlo: luego será necesario dedicarles tiempo, escucharles en sus cosas, mostrarles confianza, creerles en lo que nos digan, aunque alguna vez nos engañen. Hablarles -en su momento- del principio de la vida -; del trabajo -para ellos el estudio- como servicio a los demás y el bien de la sociedad. Y contar con los tutores -que junto con los profesores seguro que quieren a sus alumnos- para que haya colaboración entre familia y escuela y que ésta sea eficaz y fructífera.

José Luis Mota Garay. Málaga

La familia: escuela de valores

Nos quejamos mucho de la crisis económica, de la gente que está en paro, de la falta de valores, es verdad que suceden éstas cosas, pero, ¿consideramos y ahondamos cuales son los motivos y procuramos, dentro de nuestras posibilidades atacar éstos males? Quizá pensemos que no están a nuestro alcance, pues no somos personajes que gobiernan el país o nuestro pueblo, pero sí que gobernamos, quizá nuestra casa como padres o madres de familia y ya nos metemos de lleno en el tema. Qué bien entendió y como nos lo explica Wuillan Bennett éste concepto cuando escribe: «La familia es el primer y mejor ministerio de Sanidad, el primer y mejor ministerio de Educación y el primer y mejor ministerio de Bienestar Social» ¿Por qué? Porque en la familia estamos en casa, se nos quiere, se nos escucha, se nos dicen las cosas claras, pero con cariño, cuando nos equivocamos o hacemos algo mal, con paciencia nos corrigen y nos enseñan el modo de mejorar. Una familia compuesta por el padre, la madre y la prole, todos se quieren y están pendientes los unos de los otros. Cuando algunos de sus miembros trabaja fuera del hogar, cuando regresa a casa se siente a gusto, encuentra comprensión, alegría. La familia es una escuela de valores, ahí se forman los hombres y mujeres del mañana. En la familia todos trabajan según su capacidad aprenden a respetar, se quieren como son, sin egoísmos. Una familia bien avenida da gusto volver a casa después de una jornada de trabajo porque ahí se encuentra amor. Forjar un hogar requiere esfuerzo y dedicación, invertir tiempo, hacerse cargo de todas las necesidades. Si la familia va bien, también lo irá la sociedad porque en la familia se aprende a compartir, a ser personas honradas, trabajadoras, leales, respetuosas, en definitiva a cumplir con su deber de ciudadano. Por eso los gobiernos tienen el deber de ayudar a la familia promoviendo escuelas, talleres, etc. En la familia es donde se dan las condiciones que permiten el desarrollo armónico de la persona. Tenemos que estar alerta para descubrir que cosas pueden romper un hogar, horarios mal pensados, rupturas de la comunicación, independencia en las relaciones familiares… Si la familia pierde el concepto de lo que es y cada uno va a su bola, la sociedad va a pique, de ahí la responsabilidad, por parte de todos, de cuidar la familia.

Conchita del Moral Herránz. Málaga