Por fin llegó septiembre. Y no lo digo para que se vaya el verano con este calor tan letal con el que nos ha castigado. Lo digo por las ganas de que comenzara el Eurobasket, porque el mono de ver baloncesto era tremendo, como podéis entender. Nada más encender la televisión para ver el primer partido te llevas una gran sorpresa. La realización del partido tiene las cámaras en la tribuna detrás de los banquillos. Parece mentira que a estas alturas de la película no se retransmita el partido pudiendo ver las reacciones de los banquillos. Una decepción tremenda. Por otro lado, el campeonato te depara ya en la primera jornada un interesantísimo España-Serbia. Interesante porque juega nuestro equipo y por el potencial de ambas selecciones. Y es que este es un enfrentamiento como mínimo de cuartos de final. Y los dos combinados nacionales así se lo tomaron, como un partido de eliminatoria, porque aunque hoy se vuelve a jugar todos sabemos que clasificarse en este grupo de la muerte estará muy caro. Pero además, hay que clasificarse en un puesto bien alto para intentar evitar en cruces a vida o muerte a Francia (la gran favorita) y Grecia (cuidadito con estos).

El partido, a pesar de que el acierto no ha sido muy alto, ha sido precioso por el ritmo y la intensidad a la que se ha jugado. Y es que sabían lo que se jugaban y me ha parecido muy divertido como han intentado jugarlo los dos equipos. Un partido de este nivel no es fácil jugarlo con muchos jugadores. A pesar de eso, Scariolo ha estado siempre pendiente de dosificar a Gasol, su jugador franquicia. El seleccionador tiene claro que el campeonato es largo y no quiere cometer errores del pasado. Ese pasado que llevó al ostracismo a Felipe Reyes. El capitán demostró otra vez que está al mejor nivel de su carrera deportiva, que le da igual jugar de cuatro o de cinco y que no para de sumar. Rebotea, juega al poste bajo, tira a cuatro metros y se sigue partiendo la cara contra quien sea.

Es evidente que Pau es el jugador más importante de nuestro equipo. Es muy peligroso cuando tiene el balón al poste bajo (en los últimos ataques del partido era imparable para la defensa serbia). Es básico darle el balón en el poste alto puesto que es el mejor pasador del equipo. Pero es que en defensa también es fundamental por su poder intimidatorio físico y mental.

Ayer fue grato ver la aportación de Pau Ribas, un jugador sobrado de clase y que, siendo debutante, ha asumido galones de jugador con rol importante. Es evidente que esperamos más de Rudy, Mirotic o Llull porque si no es así no es suficiente para ganar a selecciones como Serbia.

El equipo serbio (el líder está en el banquillo) es un grupo de jugadores lleno de talento (técnico y físico), juventud, personalidad y de hambre. Saben que no tienen ventaja cerca del aro, y juegan basándose en una defensa muy agresiva y un juego ofensivo basado en esa misma agresividad. Corren la cancha siempre que pueden (20 puntos ayer), son valientes y no dudan en tirar de tres cada vez que tienen posibilidad. Pero lo que más me ha llamado la atención de su juego es la capacidad que tienen muchos de sus jugadores de atacar la canasta. Están permanentemente creando ventaja desde el uno contra uno, ventajas que mantienen sacando el balón al exterior para volver a romper o tirar de tres con esa valentía y personalidad que les caracteriza. Y esa agresividad para atacar permanentemente el aro es la que ha matado la defensa española.

No puedo acabar sin hablar de Bjelica. ¡Vaya jugador! Desde que vino muy jovencito a Baskonia todos teníamos claro que era un jugador de un potencial tremendo que no estaba claro si era más tres o cuatro. Asentado en la posición de cuatro, este chico está encontrando una madurez en su juego (y físicamente) que le va a convertir en el mejor jugador de Europa, si no lo es ya. Ayer en dos momentos de partido muy importantes en los que parecía que estrechábamos el marcador, nos mató con dos triples (uno de ellos tras bote).

Esta derrota no nos tiene que desesperar. El campeonato acaba de empezar. Necesitamos que aparezcan algunos jugadores más (todos sabemos cuales son). Hay margen de mejora. La confianza sigue intacta. ¡¡Vamos España!!