Qué duda cabe que ante el inicio del nuevo curso escolar los responsables educativos de Andalucía y la provincia aprovecharán para hablar de las bondades del sistema. Foto para la ocasión y discurso repetitivo sobre «el compromiso de», «la apuesta por» y que estamos «a la cabeza» de no se sabe qué. Aunque ellos mismos saben que no es como lo venden, suerte que siempre habrá quien se lo crea. Así año tras año, curso tras curso.

Más difícil será convencer a los padres de más de 7.000 alumnos en Andalucía, cerca de 2.000 en Málaga, que volverán a comenzar sus clases en barracas, módulos, prefabricadas o caracolas, como queramos llamarlo.

Quizás sea en unos de esos centros donde deban acudir a inaugurar el curso escolar los de la «fotito» y explicarles a los padres que las «caracolas» siguen siendo provisionales. Sí, aunque algunas lleven más de quince años. Que lo más saludable para niños de 4 años es que permanezcan cinco horas al día con aire acondicionado o calefacción para paliar el frío o soportar el calor al que se someten en los barracones. Que las goteras aparecen sólo cuando llueve -los días sin lluvia están de suerte, ni cae agua ni se inundan- y que si están más apretados es porque las prefabricadas son más pequeñas que una clase normal.

Esa foto no se producirá, no vaya a ser que algún incómodo padre tenga la osadía de quejarse o preguntar por qué en los últimos tres años la inversión educativa en Andalucía se ha recortado en más de 1.000 millones de euros, 300 en infraestructuras educativas, por qué la tasa de abandono escolar es del 28% o por qué el mal resultado de nuestra Comunidad en el baremo de nivel educativo, el informe PISA.

Debe ser que nos quejamos de vicio, sin fundamento. Y si lo hacemos por ver cómo año tras año los menores reciben clase diariamente en una caracola-barraca, para la consejera de Educación andaluza, es que creamos alarma.Lo alarmante no es alzar la voz contra tal denigración, lo alarmante es que la respuesta de la consejera sea que las caracolas «cumplen todos los requisitos habidos y por haber». De ser así, habría que recordarle que también los cumplen los camping, los coches de caballo, las plataformas petrolíferas y la noria del puerto. Cosa distinta es que sean espacios adecuados para impartir clases.

@JoaquinPerez_