Hay algo obsceno en el ambiente. No tiene nada que ver con lo sexual que casi nunca es obsceno. Que un organismo recaudatorio municipal como Gestrisam en Málaga haya cometido el desliz de embargar el subsidio de desempleo a unas 500 familias en delicada situación económica resulta obsceno. Los mecanismos legales establecidos son obscenos si así lo permiten, esos automatismos crecientes que tratan cada vez más a la persona como a un cajero automático del que sacar y sacar sin contacto físico ni respeto alguno.

Obscenidades varias

Hay algo obsceno en esta semana en la que una reportera húngara zancadilleaba a un refugiado sirio que cargaba a su hijo en brazos, y en la que policías macedonios apaleaban a inmigrantes como si fuesen alimañas por el mero hecho de ser pobres, muchos y vulnerables. La misma semana en la que empieza una campaña catalana cuyos muñidores ya piensan en tener mando en plaza, y para ello se lanzan a separar la plaza con argucias tanto sentimentales como de las que afectan al bolsillo, culpando a los de la otra parte de la crisis del todo, sin ver más corrupción que la ajena ni otra mala gestión que la «española», y con el omnipresente fútbol de por medio. La misma semana en que un prototipo de estrella de la obscenidad televisada desnuda, con éxito, su pequeña gran tragedia personal en honorables teatros públicos como el malagueño Teatro Cervantes -herencia recibida-. Conviene al respecto leer la depurativa reseña crítica que Angie Gómez firmaba en La Opinión con el título El atrevimiento de la ignorancia.

Error, inmenso error

También es obsceno el nuevo retraso en el inicio del curso de las escuelas de hostelerías de La Fonda y La Cónsula en las que se han formado algunos de los mejores chefs con estrella Michelin. De error, de inmenso error, calificaba la editorial del jueves del periódico la gestión política de estas joyas de la formación de excelencia en la Costa del Sol. De horror, de inmenso horror se podría calificar, apretando en la provocación para desahogarse, la capacidad de gestión demostrada, el envío de un liquidador legal del asunto, las promesas superpuestas de distintos responsables, incluida la mesiánica intervención de la mismísima presidenta Susana Díaz, desde que dependían de la consejería de Empleo de la Junta de Andalucía para luego depender de la de Educación y ahora, al parecer, de nuevo a la consejería de Empleo.

Crecer y crecer

Si el colegio de Economistas habla al fin de consolidación del crecimiento económico, la realidad habla de deterioro de las relaciones humanas en el marco laboral, desconfianza, falta de implicación; de demasiadas personas con contrataciones basuras, parciales o como falsos autónomos, a quienes casi les cuesta dinero trabajar; de aumento de los padecimientos anímicos, de abandonos, de llenazo no sólo en los hoteles sino en los comedores sociales. Y si cuando debiéramos haber aprendido del hoyo para salir de él sin perder derechos adquiridos, desde lo público se copian las mismas tretas de rentabilidad para unos pocos de lo privado, o se apuesta por dejar morir de mala imagen y falta de atención a centros de excelencia como La Cónsula en el territorio donde más falta hacían, como está ocurriendo en Málaga, habrá que celebrar con cautela que la economía al fin haya entrado en la senda de la recuperación. Qué suerte tiene la economía…

Como a idiotas

Esta semana se ha publicado un nuevo capitulito sobre cómo tratarnos como a idiotas cuando hay elecciones próximas, pero parece que lo tenemos asimilado. Que el divertidísimo Montoro haya confirmado precisamente ahora, antes de las elecciones catalanas y a unos tres meses de las generales que el 26 % de la paga extra a los funcionarios, suspendida en 2012, será abonado «a principios de octubre» y que el resto de la extra será devuelta en dos partes en 2016, no es de libro es de cartilla del parvulario y merece poco más que comentar. Cuánto perdemos el tiempo reproduciendo una y otra vez los argumentos estratégicos y los pretendidos golpes de efecto de nuestros políticos. Algunos insisten en que sólo son nuestro reflejo y por eso asumimos sus juegos de manos como si de verdaderos magos se tratase.

Amigo o gay

Otro desasosiego de esta semana es el resultado del estudio de una alumna de máster de la UMA, Giselle Bolaño, que entre otros resultados llega a esta conclusión: «El 60 por ciento de los varones de 13 años en la provincia de Málaga rompería la relación si un amigo les dijera que es gay». Algo falla estrepitosamente en tanta campaña institucional si, al final, los valores que están penetrando en los chavales son los estereotipos habituales derramados en malas películas, programas de televisión y publicidad sexual hasta para anunciar un yogur…

Porque hoy es Sábado.