Mal uso de las tarjetas de aparcamiento para discapacitados

Las tarjetas de aparcamiento para discapacitados, se crearon para que personas con problemas de movilidad, tuvieran la oportunidad de poder aparcar cerca de su domicilio, en zonas comerciales, cercanas a hospitales etc… pero desgraciadamente y debido a la falta de ética y civismo, hay personas que se han apropiado de algunas de estas tarjetas y las utilizan fraudulentamente en su propio beneficio, mientras los verdaderos discapacitados ven impotentes cómo las plazas de aparcamiento reservadas para ellos, están siendo ocupadas por personas sin escrúpulos.

Estas tarjetas las otorga la Junta de Andalucía, pero no las controlan, de ello se debe ocupar el Ayuntamiento a través de la policía municipal, pero nuestro Ayuntamiento, de diferente signo político, solo actúa cuando se encuentra que un vehículo ocupa una de estas plazas reservadas y no dispone de la referida tarjeta. El Ayuntamiento sabe que se hace un mal uso generalizado e incluso sabe que existe un comercio de venta de tarjetas de personas fallecidas, pero nunca comprueba si el ocupante del vehículo es el titular de la misma, ello motiva que en la actualidad más del 50% de los vehículos aparcados estén haciendo un uso fraudulento e indebido, mientras el Ayuntamiento de Málaga mira hacia otro lado, en una disputa política que sobre el otorgamiento de estas tarjetas mantiene con la Junta. Y en medio de este absurdo caos los discapacitados que de verdad y legalmente necesitamos usar estos aparcamientos, nos vemos privados de ellos.

La Junta de Andalucía también es responsable, ya que no solo no ejerce ningún tipo de control sobre este tema, sino que además otorga las tarjetas con excesiva facilidad incluso a personas que no disponen de carnet de conducir, estas tarjetas siempre terminan en el salpicadero del coche de un familiar que normalmente la utiliza indiscriminadamente vaya o no vaya el titular abordo.

La Junta también hace caso omiso a cambiar periódicamente el color y/o el formato de dichas tarjetas a fin de quitar de la circulación aquellas, que son muchas, que se están utilizando de personas fallecidas, algo parecido a lo que hace la ITV cada año, para poder distinguir a simple vista la tarjeta en vigor con la que ya no lo está, pero al parecer esta simple acción no debe convenir políticamente…

El resultado final es que Ayuntamiento y Junta hacen lo que políticamente les conviene, sin importarles las consecuencias que para ello deban sufrir las personas que padecen o tienen problemas de movilidad, quienes deberíamos valorar más juiciosamente a quienes y a quienes no, deberíamos votar, en las próximas elecciones. Guillermo del Campo González, Málaga.