Perplejo ante la actualidad política e indeciso ante el rumbo de esta columna, la voz de un sabio viene en mi ayuda. Stephen Hawking afirma: «La raza humana tendrá que salir de la Tierra si quiere sobrevivir». De modo, que tendremos que buscar formas de vida en el espacio de vida en espacio exterior y quizás encontremos formas de vida inteligente con las que debamos convivir.

Sin embargo, ¿Qué razón le lleva al físico teórico más famoso de nuestro tiempo a ser tan pesimista sobre el destino terrenal de nuestra especie? «Creo que la supervivencia de la raza humana dependerá de su capacidad para encontrar nuevos hogares en otros lugares del universo, pues el riesgo de que un desastre destruya la Tierra es cada vez mayor. Así las cosas, me gustaría despertar el interés del público por los vuelos espaciales».

La verdad es que noticias tan distintas y distantes pero de consecuencias graves y que, desde luego, no nos pueden dejar indiferentes, como las elecciones catalanas de hoy, los peregrinos muertos en La Meca, el problema migratorio a que se enfrenta Europa y, desde luego, el escándalo por la manipulación de los motores de Volkswagen, entre algunas posibles, muestran que sí, que hay razones para huir al espacio exterior y como en aquella canción de Bowie, «Lejos por encima del mundo/El planeta Tierra es azul/Y no hay nada que yo pueda hacer» (David Bowie, Space Oddity). Sentir esa paz que sólo nuestro encuentro con el espacio nos provee. Sin embargo, la tranquilidad duraría poco, en el espacio la naturaleza humana sería similar y tendríamos que crear formas de convivencia aunque en entornos distintos a la Tierra. Si además, encontráramos seres inteligentes tendríamos que poner a prueba nuestra racionalidad ética y política frente a otras.

Seguramente, los problemas que mencioné que tenemos aquí, adoptarían otras formas pero, indudablemente, los tendríamos allí. En última instancia, el espacio no nos evita la política como consenso y como conflicto y, sobre todo, los viejos y los nuevos problemas que aquejan a cada sociedad.

Antes de que se acabe la vida en la Tierra y de formar civilizaciones en el espacio estaría más de acuerdo con la conocida frase de Paul Éluard «hay otros mundos pero están en éste», sí pero en este caso, sería la política la que permitiría transformar la realidad y buscar la posibilidad de otros mundos en éste y, por tanto, soluciones a los problemas colectivos que nos preocupan. El de hoy, por supuesto, también.