Hay un modo de jugar los partidos, esperar el fallo del contrario y aprovecharlo. Si esa fuera el modo elegido por el registrador Rajoy para el crucial encuentro (desencuentro) catalán, el fallo habría tenido lugar con la «fuga hacia delante» de la proclama del Parlament. Tomo la expresión «fuga hacia delante» de Enric Juliana, coautor del manifiesto mediático catalán tras la Sentencia del TC recortando el Estatut, que ha sido el pistoletazo de salida del soberanismo. Juliana es el más sabio e influyente analista de esta situación, y su diagnóstico tiene un alcance no sólo descriptivo, sino en algún modo normativo. Con la proclama de hace días, su anuncio de desobediencia a la Ley, su desprecio al resultado de la votación del 27-S y la entrega al radicalismo antisistema, sus fautores han convertido de un plumazo a Catalunya en un problema no sólo para España sino para Europa. ¿Era eso?