El sonido estridente de las obras por cualquier rincón de la ciudad nos advierte de los días restantes para las elecciones del 20-D. Entretanto se realizan los cambios de circulación en el entorno del puente de Tetuán para la adaptación de varias calles por los desvíos del metro, los vecinos de Bailén-Miraflores persisten en su rechazo del tranvía circulando por Eugenio Gross y Blas de Lezo al considerar que provocará un caos circulatorio al anular gran parte del tráfico rodado por estas vías tan recorridas por un alto número de vehículos diariamente.

Mucho, mucho ruido el generado por las actuaciones de transformación y reformas y las insistentes quejas manifestadas por los vecinos de esta zona de Málaga, quienes observan cómo el título de una obra clásica del teatro estadounidense, considerada la obra maestra del dramaturgo Tennessee Williams, Un tranvía llamado deseo, se convierte en un verdadero drama vecinal por el temor a «la experiencia de las obras del metro de incumplimiento de plazos, cierre de comercios y deterioro de espacios de la ciudad», según manifiestan en un escrito presentado ante el Ayuntamiento.

La tragedia sobrevuela con las muertes, concentradas en escasas horas, de mujeres por violencia machista y a esta desdicha le acompaña la desventura de leer las conclusiones de una investigación realizada por el Área de Igualdad del Consistorio donde se refleja que solo la mitad de los malagueños actuaría si ve a un amigo maltratando a su pareja. Martín-Santos, autor de Tiempo de silencio, nos aclara: «¡Como si el hombre€ no fuera el mismo en todas partes y siempre, tan inferior a los animales, pero superior a la idea que se hacen de él los filósofos€!». Reflexionemos y actuemos contra esta sinrazón.