Tenía que salir mal y salió, pero lo que tiene que salir bien a veces se fastidia, son cosas de la ley de la gravedad, que quizá es el castigo divino por nuestro pecado original. Me refiero a la Plaza de la Gastronomía. Es decir, que antes de abrir y a pesar de las conclusiones del servicio de contratación y patrimonio, la Diputación dio luz verde a la empresa. Se lo comenté a Gonzalo Ramírez, que estaba muy seguro de que todo estaba en regla. Otro Gonzalo, Sichar, de Ciudadanos en la Diputación, al que llamé, ni recibió a los afectados. Por eso, un grupo de los empresarios instalados en la Plaza de Toros se ha unido para reclamar los daños, pero otros han llegado a alguna clase acuerdo con Ramírez, Narbona, Hidalgo y, supongo, que con el famoso José Coutiño (quien fuera ayuda de mozo de espadas del maestro Espartaco) que es el adjudicatario bajo la marca Coso de Badajoz.

Me viene a la memoria Ramón Pérez de Ayala, que decía que si él hubiese mandado en España, habría prohibido las corridas de toros, pero que como no mandaba nada, no se perdía ni una. En fin, que Dios reparta suerte.

Por lo mismo, espero que esté con Dios Baldomero Rodiles, del que ya dije aquí que se estaba despidiendo y de pronto se fue. Le recuerdo pegando carteles y bajando de su Mercedes en las municipales de 1983, era candidato por el malhadado CDS.

Ahora una de cal y otra de arena. Un nuevo éxito del Ayuntamiento de Málaga porque es el único grande que se ajustó a lo permitido por Hacienda, en cambio mi alcalde se mete en un jardín cuando se carga la estrategia del PP de que García Urbano no debe compaginar dos cargos. Como dice mi admirado filósofo Félix de Azúa, en España, la política es la continuación de la religión por otros medios. Lo que más me ha gustado es lo de Titi, María Ángeles Muñoz, la exalcaldesa de Marbella y mujer (en sentido figurado) de Arenas, que por eso, por haber perdido las elecciones en esta ciudad, el partido la premia y la pone de uno al Senado, en vez de darle la papela. Pero la guerra continúa en el PP, Pedro Fernández Montes contra Ramón del Cid, el primero quiere llegar como presidente del partido hasta el Congreso, el segundo lidera ya el grupo municipal sin la influencia del primero y en esto se acuerda entregar unas medallas de reconocimiento a los que pelearon por la autonomía de Torremolinos -entre los que estaba en primera línea el exalcalde-, pero éste no quiere que se la imponga un socialista -Pedro Aparicio era el alcalde de Málaga en aquel entonces- y anda llamando a unos y a otros para que no acepten. Pero, Pedro, que esto no es lo importante, céntrate. El exceso de verdad no lo aguanta nadie y los políticos menos.

Sin embargo, en el Club de Empresas Euronova se debatía el otro día sobre Málaga Valley y con galanura Antonio Gómez Guillamón lo defendía y Rodolfo Teissler puntualizaba y€ pero si se trata del cómo, de Cremades y su minuta, que estamos hablando de dinero público, y los demás vuelven la cabeza y se ponen a silbar El puente sobre el río Kway.

Más al sur, el almuerzo en Al Yamal es suculento y me da la oportunidad de hablar con Pedro, su propietario, al día siguiente cumplía años el establecimiento, abierto en 1983, él había trabajado en Faruk, muy cerca de allí. Y hablamos de Stefan Zweig y unas completas de Editorial Juventud que localizó en Iberlibro, se lo comento a Alfredo Viñas, qué gran obra El mundo de ayer. Hay que leer y hay que hacer el amor, sino que se lo pregunten a mi querido Francisco Cabello, recién elegido presidente de la Academia Internacional de Sexología Médica. ¡Ay, «los divinos destellos»!, que escribía Nabokov, y Málaga infartada por las obras del metro y los coches cobran vida y rugen sobre el asfalto bajo el sol. Por eso, de puntillas y silente me voy con Antonio Machado y Otras canciones a Guiomar, a la que tanto amó:

"Todo amor es fantasía;

él inventa el año, el día,

la hora y su melodía;

inventa el amante y, más,

la amada. No prueba nada,

contra el amor, que la amada

no haya existido jamás".

cima@cimamalaga.com