La cerveza es sumeria, por Antonio Romero Ortega

Una cercana madrugada, en una emisora de ámbito nacional, al escuchar a un reputado anciano tenido por muy sabio al que todos trataban de «usted», considerado una autoridad en egiptología, a pesar de su supuesta sabiduría, no noté que rebatiera, aunque él sea egipcio, nobleza obliga, un equívoco muy común cual es considerar la cerveza como una invención egipcia. Pues no es así. La cerveza fue una feliz invención de los sumerios. En todas las polémicas entre intelectuales el amor propio mal entendido juega un nefasto papel y, con tal de no dar el brazo a torcer, los debates se hacen interminables como si la razón no la tiene quien la tiene. De hecho, si yo hubiese dicho la verdad en la tertulia de marras, todos se hubiesen puesto en mi contra por contradecir a tan sabio anciano. ¡Pues los sumerios inventaron la cerveza! ¿Creerá alguien a un chico de 49 años aficionado a las Humanidades?

Vientos de guerra, por Jesús Sánchez-Ajofrín Reverte

Las cosas pintan mal para los de este lado de la corteza terrestre. Ya quedó escrito, a lo largo de la historia, lo crápulas que somos los seres humanos. Y así seguimos. Sin bajarnos de la burra. Da igual que acaben con nosotros los terremotos; maremotos; la máxima actividad de los volcanes en erupción; el impacto de los meteoritos; las riadas… El bastardo ser humano, en nombre del orgullo, la arrogancia y la soberbia, emula a estos negativos fenómenos naturales. Superándolos. Y bien rubricados, con la inconfundible firma de los intereses creados. Guerras civiles, mundiales, santas (relatadas por los historiadores), y que continúan, irracionalmente, a caballo entre el pasado y el presente. Una gran borrasca se nos avecina, anunciándonos vientos de una guerra de guerras.