¡Qué hipócritas son!

Ante los atentados yihadistas en París, los pastores de rebaños europeos se reúnen y llegan al consenso de que hay que meter el miedo en el cuerpo a las ovejas con apoyo de Cameron y Obama para justificar la apertura de un frente bélico en todo Oriente Medio.

Si sobramos en Europa según ésos, ¿cómo permiten que otras ovejas más escuálidas y con otra mentalidad pertenezcan a este ganado? Yo repudio el terrorismo más que todos estos hipócritas que mandan aviones a descargar bombas sobre terroristas.

El viento las desvía y caen donde no deben, matando y despedazando inocentes. Desprecio y le tengo mucho miedo al terrorismo ya que he sentido un atentado de ETA en mis carnes. Me colocaron un cinturón con suficiente goma 2 en mi propia cafetería que era mi casa en la avenida Alay para derrumbar un edificio de 11 pisos.

Ninguna de las docenas de asociaciones subvencionadas de víctimas del terrorismo jamás ha tomado contacto conmigo ni los cuerpos de seguridad del Estado me han prestado apoyo psicológico.

Al terrorismo lo que se merece y si viene del propio Estado, hay que condenarlo aún más. Yo soy una víctima humana que puede contarlo. El edificio no cayó en añicos porque el detonador general falló.

Bartolomé Florido LuqueTorremolinos

Potentísimo cerebro humano

Cada uno tiene 10 elevado a 11 neuronas y sus conexiones suman 170.000 kms. Asombroso.

En el bar no puedo evitar fijarme y admirar que todos mis vecinos tienen uno de esos complejísimos cerebros.

¡Qué bien hacemos funcionar el cuerpo!

¡Pero qué mal nos funciona aún el espíritu! Qué tontos buscando inconscientes asfixiarnos a fuerza de CO2.

Qué bestias los terroristas.

Pero yo también qué bestia cuando veo como solución exterminar a los yihadistas. Son tan personas como yo y con tantos sueños como yo. Nos sobran neuronas para justicia y paz sin necesidad de matar o contaminar.

Que con nuestro asombroso cerebro nos hagamos mucho más justos, hagamos sitio a las demás personas, frenemos el calentamiento. Aceleremos la creatividad, la empatía, la comprensión, el respeto a todos.

Ante estos precipicios actuales, que se han concentrado en París, debemos dar ya ese salto evolutivo. Y con prisa.

Pablo Osés AzconaFuengirola