¿Por qué lo llaman debate cuando quieren decir mitin a cuatro? La pantomina del pasado lunes tiene un claro vencedor: el grupo Atresmedia. El conglomerado de Antena3, laSexta y Onda Cero (oh, vaya, ¡qué se nos ha olvidado La Razón!) ha exprimido perfectamente un debate que lamentablemente dio poco de sí. Sin duda, el más beneficiado de las más de dos horas de enfrentamiento dialéctico fue Vicente Vallés, que demostró su calidad periodística. Uno de los comentarios en Twitter que más me gustó fue el de Fernando Lázaro (un ejemplo a seguir para cualquier que quiera ser periodista en España) que calificaba a Vallés como «uno de los mejores del gremio desde hace lustros», dejándolo claro en el debate.

Vallés fue profesor mío de rebote en alguna mañana de viernes en aquellos estudios de calle Julián Romea. Hace siete años ya era un semidiós para los aprendices del oficio, tanto más lo es ahora, consagrado en el prime-time de Antena3 y fijo en los comentarios políticos de Onda Cero. Su cara de niño bueno esconde a un tipo de 53 años con bastantes tiros dados en la profesión: la SER, Telemadrid, Telecinco, TVE€ Esa experiencia se nota incluso teniendo al lado a Ana Pastor, con todo lo que ello implica. La pareja Vallés-Pastor fue solvente, estuvo a la altura del debate, muy por encima de los debatientes. Los moderadores no fueron ni trataron de ser los protagonistas y sin embargo han sido destacados por sus compañeros de otros medios como el elemento destacable del encuentro. ¿Tan mal lo hicieron los cuatro participantes? Eso es harina de otro costal. El asunto es que Vallés, con más tablas que cualquiera de los otros presentes en el plató, fue el elemento positivo de la noche. Un gran moderador con una interesante mirada crítica.