El día que se celebren elecciones en mi comunidad, de vecinos, no autónoma, voy a dar un mitin en el rellano de arriba. O en la puerta del vecino del quinto. Así, por chulería. Se lleva mucho ahora profanar los santuarios electorales de otro. Albert Rivera se fue el otro día a Vistalegre, que es una plaza feudo tradicional de los grandes mítines del PSOE. Garzón metió a tres mil personas en Valencia, Comunidad esta en la que antaño el PP metía sin despeinarse al doble de peña en cualquier recinto. Los tiempos cambian. Y los peinados. Al PP andaluz le gusta mucho Dos hermanas, que no son Julia y Luisa ni Bea y Trini, sino un municipio sevillano en el que los socialistas hacían sus tradicionales actos de fuerza. Hay más feudos que ventanas. Más ladrones de feudos que persianas. En Cataluña hay un municipio donde gobierna el PP. Sólo uno. Pontons. Allí les gusta ir de cuando en cuando a los convergentes a tocar las narices y el electorado y la rojigualda. Ahora se llaman de otra manera, los convergentes, que son como esas células que se dividen en dos, luego cada una de ellas en otras dos y así sucesivamente. Convergencia y hundió, decía uno parafraseando el nombre primigenio. Mi mitin en la comunidad sería florido, muy publicitado, retransmitido en las redes sociales, con guiños perceptibles a que estoy en casa de otro. Esto es una suerte de promiscuidad de la que no se libra ni el PNV, que como se descuide Podemos le come la tostada en Vizcaya. Y eso que Pablo Iglesias podría renunciar al único mitin que tiene en Euskadi para ir a un debate o monólogo en televisión. Y van los primeros allí en algunas encuestas. Alegres tiempos empero en los que cualquiera puede dar un mitin en paz en el velódromo de Anoeta o en las campas de Foronda. Queda aún un buen trozo de campaña y los estrategas y asesores miran y remiran el mapa por ver dónde queda por hollar, que según la RAE es pisar dejando huella pero también humillar. Hoy, mañana y pasado. Holla que te holla. Para las dos jornadas finales de campaña las formaciones dejarán los sitios más fieles. Para remachar y apuntalar, remarcar lo prometido, hablar para los directos de las televisiones y desembocar en los madriles, con la excepción de Podemos que lo hará en Valencia.

Esta campaña puede acabar con mucha simbología de lugares y tópicos y hasta topónimos. Ciudadanos, partido antinacionalista, podría ser el gran ganador real o moral en la tierra de los independentistas. El PP no tienta la suerte de intentar llenar Las Ventas y concentra muchos de sus efectivos en tener presencia en los ámbitos rurales y las Castillas. El desplazamiento más incómodo para Rajoy es ir a un debate. Anoche estuvo en uno con Pedro Sánchez. Para algunos fue un viaje en el tiempo hacia la imagen sepia de cuando el bipartismo. Quieren patrimonializar a Campo Vidal. Estoy a punto de tomar el ascensor para dar mi primer mitin en feudo de otro. Lo mismo hasta concedo una entrevista al vídeo comunitario.