Que ha llegado la Navidad a nuestra ciudad ya lo hemos notado. La inauguración del alumbrado navideño de calle Larios cumplió un año más con su misión y se encargó de que todos los malagueños supiéramos que las fiestas ya estaban aquí. Pero las de este año quizá vayan a ser un tanto diferentes y por varios motivos.

A los días festivos, no sólo la sociedad malagueña, sino el país entero llegará marcado, algunos puede que intoxicados, por la intensa campaña electoral que estamos viviendo a todos los niveles. Actos, presentaciones, repartos, reuniones y visitas los siete días de la semana de los cabezas de lista, que no están dejando rincón sin pisar. Se juegan mucho y son conscientes de ello. El fin del bipartidismo llegó, y la primera gran cita con la sociedad, con los votantes, está a pocos días.

Independientemente del escenario político a partir del próximo domingo, algo que parece seguro es que afrontamos una nueva etapa política en la que el entendimiento jugará un papel predominante. La realidad les empuja, además, a abrirse a la sociedad y no dejar de lado al ciudadano, como han venido haciendo hasta ahora. También ha llegado el momento de que partidos e instituciones pasen a ser transparentes, pero de verdad. La reconciliación de la política de nuestro país con la sociedad pasa por ello inevitablemente, algo de lo que también son conscientes.

En Málaga, estas navidades van a ser diferentes, además, después de la tensión vivida tras superarse la amenaza de una huelga de basuras en plena época navideña; un conflicto que por responsabilidad ha sido paralizado, prevaleciendo el interés general.

Lo que no se ha podido superar aún es el enredo en el que desde hace varias semanas están sumidos muchos malagueños por el laberinto que han provocado los nuevos cambios de tráfico por las obras del metro. Y no sólo los conductores están confusos, hasta los peatones desconocen por dónde caminar. Es frecuente encontrar un viandante desorientado que no sabe cómo llegar a su destino después de los últimos cambios de tráfico. Claro que tendremos que tener más cuidado, ya que el Ayuntamiento ha anunciado que multará a aquellos peatones que, hastiados de dar rodeos, se salten las señales de circulación para llegar a su ansiado destino, poniendo en riesgo su seguridad y la del resto.

Para colmo, el culebrón del metro ha traído consigo una nueva polémica con su trazado al Civil y un nuevo quebradero de cabeza para la ciudad, que aún no tiene claro el qué, el cómo, el cuándo y el dónde del metro de Málaga.

Entre tanta campaña electoral, enfrentamientos y obras eternas tenemos que recibir el nuevo año en Málaga. Si nos armamos de paciencia y sobrevivimos al 20-D, a la amenaza de una huelga de basuras y a las calles levantadas, serán unas diferentes pero, esperemos, buenas navidades.