Atención, pregunta: ¿intenta Twitter correr un tupido velo sobre la desaceleración de audiencia eliminando el contador que permitía saber cuánto se comparten sus contenidos? La compañía aludió a razones económicas y de simplificación aprovechando una renovación estética pero la consecuencia inmediata de una medida que impide el acceso a los datos sobre la resonancia social de los tuits fue el descenso de estos. Las voces más escépticas ven en esa medida una tapadera para disimular la pérdida de influencia de la red, sobre todo si se la compara con Facebook. Y es que Twitter, además de los problemas para monetizar su negocio, se enfrenta a la aparente contradicción de contar aún con muchos seguidores pero con una audiencia menor. Tiene ventajas evidentes y es un espacio donde parece obligatorio estar, sobre todo si se es una celebridad o se tiene una empresa que aprovecha las ventajas de la comunicación instantánea, pero la escasez de interacciones en la mayor parte de las cuentas de usuarios de Twitter demuestra su fragilidad como generador de audiencias. Y eso explica, una vez más, por qué Facebook tiene un poderío publicitario evidente y Twitter aún no ha dado con la tecla para ganar dinero con los anuncios. A eso hay que añadir un hecho incuestionable: la mala fama que Twitter arrastra por la abundancia de zonas erróneas en sus contenidos, con casos constantes y a veces devastadores de auténticos linchamientos virtuales, bombardeos masivos de insultos y desinformación tóxica. Sin olvidar que en la red de Mark Zuckerberg se ha consolidado la presencia de los más jóvenes, a los que no les mola ya tanto Twitter, amenazada incluso en su proyecto de ser imprescindible para seguir en directo los acontecimientos (desde los Goya hasta un concierto pasando por un desfile de moda o una fiesta) por la llegada de competidores más novedosos. Con todo, y como bien explica el periodista digital y profesor universitario Borja Ventura, pensar en un futuro negro para Twitter es prematuro. «La cuestión», apunta, es que «parece ´too big to fail´ ahora mismo. Pero en el mercado digital cada año es una década, y sin modelo de negocio claro, sin estrategia de futuro y con competencia en auge los plazos se acortan».

Que no soplan buenos tiempos para Twitter lo demuestran sus cambios cada vez más frecuentes para enganchar a nuevos usuarios, como la sustitución de la estrella con la que se marcaba un favorito por un corazón en plan ´me gusta´. Su experimento de modificar la línea temporal para acceder a los comentarios de los usuarios de los que somos seguidores por orden de relevancia y no cronológico está recibiendo un aluvión de críticas negativas, entre otras cosas porque saldrían perjudicadas las actualizaciones en tiempo real, una de las razones de ser de Twitter. Visto lo visto, superada ya en usuarios por Instagram, la red social de fotografía, Twitter busca desesperadamente soluciones para tener más tirón publicitario y una de ellas, que seguramente no será muy popular, es sacar provecho de los 500 millones de visitantes no registrados o que no han iniciado sesión pero que leen comentarios o entrar en perfiles. Cuando lo hagan, les esperarán los tuits patrocinados.