El PSOE paró a Podemos en Andalucía. Los socialistas tienen seiscientos treinta mil votos más que Podemos. De no haberse dado estos resultados el partido de Iglesias hubiera sido el segundo partido a nivel nacional. La secretaria del partido morado en Andalucía hizo de tripas corazón afirmando que habían subido dos puntos con respecto a las elecciones autonómicas. Triste saldo para lo que esperaban. Diez diputados de Podemos en Andalucía no es para tirar cohetes. La fortaleza del PSOE evidencia que la única y poderosa opción de izquierdas en Andalucía y en España son los socialistas. Los demás, compañeros de viaje.

Y el PSOE, por cuarta vez, ha hecho morder el polvo al PP de Moreno Bonilla. Ganan los socialistas aunque Bonilla saque pecho y alardee de haber obtenido sus «mejores resultados» pese a perder 12 diputados, haber perdido en cinco de las ocho provincias andaluzas. La de Granada está por ver, con lo que se quedarían en dos: Almería y Málaga. Yo no sé si es borrachera de poder pero Moreno Bonilla tiene que pasar la ITV.

Y el PSOE tiene la llave de los pasos a dar por los socialistas en España, con el 25% de los diputados socialistas y un mensaje claro a la mandíbula de Pedro Sánchez de que con Podemos no se va a ninguna parte. Susana Díaz, pese a perder tres diputados, ha sido la ganadora de estos comicios en Andalucía, apuntalado a Pedro Sánchez en el cómputo general del PSOE en España y sabiendo, como sabe el PSOE, que está disponible, llegado el caso. Los socialistas andaluces tienen mucho que decir en un panorama donde será necesario hilar muy fino. Aquí puede estar la clave del futuro y a la vista de los resultados donde no es fácil llegar a un gobierno estable porque el ganador de las elecciones Mariano Rajoy tiene muy difícil, por no decir imposible, sentarse en La Moncloa. El rechazo de la ciudadanía al PP (ha perdido 63 diputados) ha sido de tal magnitud que con tan tremenda derrota debería haber dimitido en el balcón de Génova, rodeado como estaba de crispadas caras y entrecejos fruncidos, con sonrisas que mascaban el fracaso. Cualquier líder europeo con este batacazo electoral hubiera dimitido, palabra que no se encuentra en el diccionario mental de Rajoy que deberá, lo quiera o no, dar paso a un nuevo liderazgo más consecuente con el cambio producido en la noche del 20D. La técnica mental de Rajoy de resistir hasta que se pudra el agua no le dará resultado porque el cambiante panorama político de España en nada tiene que ver con el anterior. Y es que Rajoy tiene, además, el congénito problema de no saber dialogar, de no hacer pactos, de no sentarse para llegar a acuerdos. Gobernó a golpe de decretos, pasándose por el arco del triunfo al Parlamento y esto se ha terminado.

Dicho lo cual, la resaca electoral es de las que necesitan altas dosis de café negro y cargado. Y así parece que será necesario en los próximos días en los que cada partido fijará sus posiciones. Hay de entrada algo nítido: los partidos de izquierdas no darán el voto o su apoyo con la abstención a Mariano Rajoy. Los socialistas lo tienen muy claro, sobre todo en Andalucía donde la presidenta andaluza y secretaria de los socialistas andaluzas ya ha dicho cuales serán las líneas rojas. Ni el PP, ni Podemos. Los dos partidos son peligrosos compañeros de viaje. Con el primero, sería diluir las políticas sociales y certificar que la corrupción siga siendo patente de corso en el PP y con el segundo, con Iglesias y cía, el abrazo del oso. Podemos, con 69 diputados, ha obtenido un gran respaldo. Borrachera de poder pero que no debe olvidar que se proponían ser la primera fuerza de la izquierda y mandar a los socialistas al paro y no lo han conseguido. Este es su gran fracaso. La remontá ha sido un considerable bluff y hay que decirlo alto y claro: El Podemos de Iglesias realmente ha conseguido 42 diputados, teniendo prestados los de En Comú Podem (12), Compromís (9) y En Marea (6). Estas coaliciones tendrán grupo parlamentario propio y ya es sabido lo difícil que es gobernar una federación de partidos. Iglesias, que ya se veía tocando pelo, tendrá que reconducir sus ansias de poder, a ver si se le pasa la borrachera (política, claro).

P.D.- (1) Mi respeto y admiración por Antonio Morales, flamante senador socialista. Conociéndole estoy seguro de que no será devorado por las fauces de un Senado más muerto que vivo.

(2) Miguel Ángel Heredia tenía el objetivo de alcanzar 4 diputados por Málaga. No lo consiguió por unos miles de votos. Peor le ha ido al PP de Bendodo. Aunque gana perdió dos diputados y huyeron de las urnas y 132.817 votos menos que en 2011. Bendodo puede estar satisfecho y tocar la zambomba.