En los últimos años, el Unicaja se ha mostrado incapaz de rendir al máximo nivel en las dos grandes competiciones del baloncesto europeo, la Liga ACB y la Euroliga. Los años en los que el equipo destacaba en la competición doméstica, como la pasada temporada, las dificultades llegaban en la máxima competición europea. Otras temporadas, como ésta, es al revés. Una brillante trayectoria en la Euroliga y un errático paseo por la Liga española. Este año, además, tenemos por delante un agravante, el grupo que le ha correspondido al equipo verde en Europa invita a pensar que la escuadra de la Costa del Sol pueda estar en el Top 8, en los cruces de cuartos, en el balcón de la Final Four. Pero, ¿y la Liga? La imagen dada en el ultimo partido ante el Gran Canaria hace saltar todas las alarmas. El equipo parece bajar los brazos en ACB para volcarse en la competición europea y eso puede tener consecuencias fatales para el futuro más inmediato de los verdes.

Quedar fuera de la Copa, una posibilidad real en este momento, sería un palo muy duro y complicaría mucho el camino del cuadro cajista en el play off por el título. Esto daría argumentos a los que piensan que Unicaja no merece una Licencia A y le alejaría mucho de sus dos grandes rivales en esa lucha, el que la tiene, Baskonia, y el que la desea, Valencia. Para Bertomeu es mucho más fácil explicar la exclusión de un equipo que es séptimo, octavo o noveno en su liga aunque juegue la Final Four, que decir no a todo un campeón o finalista de la mejor liga del continente.

Por eso Joan Plaza y sus jugadores deben centrarse en la competición doméstica y si no son capaces de compaginar ambas competiciones, separarse un poco del Top 16 de la Euroliga. Unicaja no puede permitirse este año una mala clasificación en nuestra Liga, y no valen excusas. Un equipo que es capaz de ganar al CSKA en Moscú y al Maccabi en Tel Aviv tiene que estar entre los cuatro primeros de la ACB.

Quedan muchas jornadas para remontar el vuelo, pero sólo cinco para estar en A Coruña en la Copa, y no son muchas. Los veteranos deben dar un paso adelante comenzando por el capitán Fran Vázquez y siguiendo por Carlos Suárez. Hasta el momento ninguno de los dos esta a la altura de las circunstancias y el equipo lo está acusando. Pensar que después de 12 jornadas Vázquez solo ha anotado en doble dígito, es decir 10 puntos, en una ocasión y que su récord de rebotes es de siete es un mal sueño. La situación de Carlos es similar, su máxima anotación este año es de 6 puntos, su récord reboteador esta en 4. Son números que no aguantan ninguna comparación con los de temporadas anteriores y son menos explicables en dos hombres que este verano no fueron al Eurobásket porque dijeron no a la selección. Ellos dos no son el único problema del equipo pero sí pueden ser el comienzo de la solución y deben asumir esa responsabilidad. Ver la Copa por la televisión sería muy duro y podría ser el preludio de ver otras competiciones en la caja cuadrada que todos tenemos en el salón. Suerte€