Me llega el catálogo -nada menos que anda por su número 233- de libros antiguos, curiosos y agotados de la Librería Anticuaria de Antonio Mateos, sita en Esparteros y, como cada vez, descubro alguna joya, en esta ocasión unas Historias de familia de José Antonio Muñoz Rojas, publicadas por la Revista de Occidente, ¡en 1945!, en holandesa piel con nervios y tejuelo. Como dice Eva Díaz, su sombra aún debe pasear por la Casería del Conde, la finca de Antequera. ¡Ay, don José Antonio!, ¿por dónde paseará mi sombra? Hasta ese día, tengo tantas cosas que contarles que€ Por ejemplo, llaman a la puerta y es una señora que me espeta «¿dejaremos de sufrir algún día?», y me alarga un papelín de los Testigos de Jehová. La verdad es que debe ser una bellísima persona, ¿cómo no serlo si se dedica, sola, a ir casa por casa, transmitiendo su fe?

Otros también se han ido, Félix Mata ya no está al frente del hospital Quirón Málaga y anda en nuevos proyectos, como Pedro Martín Almendro, que deja la Fundación Málaga, en la que navegaba desde 2002, le sustituye Danae Pérez, por conocer. Como el otro día, ese punto de emoción que llega cuando te gusta alguien, o no, te pellizca el estómago, en este caso en la terraza de El Pimpi, sentado con Francisco Aguilar, Juan Carlos Robles, Enrique Gil, Alexandra Hornbostel y el gerente del establecimiento, Pablo -Santi Souviron no compareció-, que nos cuenta que la media de personas que pueden pasar por allí es de unas dos mil diarias, ¿habrá otro lugar así en la ciudad? Pero no iba a eso, a unos metros estaba sentada alguien€, pensé si sería Begoña Villacís, pero no, qué desazón. Poco antes habían entrado Francisco de la Torre, Elías Bendodo, María del Mar Martín, Gema del Corral€ acababa de terminar el último pleno del año. Y me pregunto ¿cómo terminará el año que está a punto de comenzar?, porque una cosa está clara, no se puede seguir como si no pasara nada, porque entonces€¡zás! En lo nacional, Rajoy no se ha dado cuenta de lo que ha pasado, ha perdido 3,5 millones de votos y 63 diputados y no se va ni entona mea culpa alguno, qué peligro. Como Pedro Sánchez, que ha conseguido tocar suelo electoral y tampoco se da por enterado y mira hacia Podemos, pensando en cómo enamorar al Gran Khan, al frente de los nuevos bárbaros. Ya se dijo aquí, han llegado para quedarse. La vieja política se resiste a morir y le van a dar estacazos a sus generales hasta que los últimos suspiros se oigan en todo el escenario patrio. Menos mal que nos queda Susana Díaz, que se apresta a la batalla. Rivera falló en los últimos metros de la carrera, se le veía agotado, pudo ser el árbitro de la situación y se quedó en soufflé. Los grandes triunfadores de la noche fueron, sin duda, los jinetes de las estepas, aunque no lo reconozcan sus adversarios, que no pueden con la idea de que el pueblo español haya cometido tal torpeza.

Ahora, eso sí, tenemos un alcalde-diputado, José María García Urbano, que también torpea -recuerdo a Juan Alberto Belloch, que reunió las carteras de Justicia e Interior en su misma persona, le faltaba convertirse en la Santísima Trinidad-. Pues cuando las tropas de Julio César celebraban algunas de sus conquistas en la Bética en torno a un castillo de Monda, éste daría un espectacular giro siglos después para convertirse en un hotel swinger, propiedad de un grupo societario de García Urbano, que lo ha arrendado a Inversiones Dikana.

Intercambio de parejas sí, pero intercambiar Alcaldía por Congreso no. Un hombre, dos mujeres. Un hombre, dos cargos electos. La vieja política, que no muere. Jorge Guillén, que aquí en Málaga levantó el vuelo (1984), nos dejó dicho en Muerte a lo lejos:

"Alguna vez me angustia una certeza,

y ante mí se estremece mi futuro.

Acechándolo está de pronto un muro

del arrabal final en que tropieza

la luz del campo. ¿Mas habrá tristeza

si la desnuda el sol? No, no hay apuro

todavía. Lo urgente es el maduro

fruto. La mano ya lo descorteza.

€Y un día entre los días el más triste

será. Tenderse deberá la mano

sin afán. Y acatando el inminente

poder diré sin lágrimas: embiste,

justa fatalidad. El muro cano

va a imponerme su ley, no su accidente".

cima@cimamalaga.com