Adiós 2015, tanta paz lleves como descanso dejas. Los demócratas estamos tristes, se nos va un año con cuatro elecciones de gran altura y nivel político. Veamos:

Andaluzas: Las encuestas y una crisis de gobierno provocada por una astuta Susana Díaz condujeron a unas elecciones anticipadas al 22 de marzo. Se destapó Ciudadanos como fuerza importante y Juan Marín se convirtió en el amigo del socialismo andaluz. Un embarazo después, las cosas en la Junta siguen yendo despacio.

Municipales: «Alcalde, todos somos contingentes pero tú eres necesario». El 24 de mayo se votaba a Paco de la Torre, pero no con mayoría absoluta. En este caso, Juan Cassá ha sido la revelación, su trabajo como fiscalizador y vigilante le está costando, pero dará sus frutos. Sigo esperando que María Gámez aporte algo más que un pacto aprovechado con los ´populares´.

Catalanas: El 27 de septiembre Mas se la jugaba a una carta€ Y todavía no le salen las cuentas. Arturito se pegó un tiro en el pie que todavía no le ha cicatrizado. Le crecen 1.515 enanos de las CUP y todo suena a chiste malo. Tienen tan asumido su derecho a decidir que prefieren no decidir de forma definitiva se les vaya a acabar el tema.

Generales: Y por fin, el 20 de diciembre decidimos montar el parchís. La mitad de los votantes decidieron dar su confianza al bipartidismo PP-PSOE y un cuarto votó al bipartidismo chico de Podemos y Ciudadanos. Total, que a ver qué pasa. Con lo bonito y navideño que sería un pacto a cuatro. Qué romántico es pensar en estas cosas.

Ojalá 2016 se presente más relajado en lo electoral. Tenemos por delante dos frentes todavía abiertos y con visos de no cerrarse pronto, pero que no sea por no pedir. ¡Feliz año nuevo, demócratas!