La Junta planea llevar de excursión a vecinos de Bailén Miraflores a ciudades donde circulan tranvías para que así vean sobre el terreno las bondades de tal sistema de transporte. Se trata de convencerlos. La iniciativa lleva implícito que con reuniones no van a conseguir nada. Van a pasar de las palabras a los viajes.

No sabemos si en tales desplazamientos van a incluir al alcalde, Francisco de la Torre, al que más de uno en la Junta querría llevar a Zaragoza o Vitoria o Viena pero para dejarlo allí. Lo del tranvía es un cachondeo ya. Como tantas cosas en Málaga. El alcalde va un día a convencer a los vecinos de la zona de que es mejor un tranvía que un metro convencional. Pasa el tiempo y pasan las elecciones y va y dice que no, que él no está seguro de que eso sea lo mejor. Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente, nos tiene dicho Mark Twain. La Junta quiere que esos viajes resulten fatales para los prejuicios hacia su ancho de vía, que no obstante a no pocos les parecen estrechos. Según algunos estudios, de hace unos años y que recogió el diario Cinco Días, el coste por kilómetro de red tranviaria (incluyendo la infraestructura, las estaciones, la señalización y el material rodante) oscila entre los 9 y los 15 millones de euros. El coste del kilómetro construido y en explotación del metro convencional se sitúa en una horquilla mucho más amplia que oscila entre los 24 y los 60 millones de euros. Catorce ciudades española tienen tranvía o planean ampliarlo o dotarse de él. En los sesenta desaparecieron en múltiples urbes del país, no así en Europa que los conservó. Ahora están muy extendidos. Oponerse al tranvía puede granjearte ver mundo. Te opones al tranvía y te llevan al País Vasco u Aragón o Alicante. Puedes ser un opositor al tranvía pero tener sin embargo el estómago bien pertrechado de txacolí o arroz, lo cual predispone no sólo a ser partidario del tranvía; también del librecambismo, la masonería uruguaya o la filatelia al aire libre los martes si hiciera falta. Antes, el mayor riesgo de ser presidente de una asociación de vecinos era que un partido te propusiera ser concejal. Hoy día es que te lleven de viaje.

Según Lao-Tsé un buen viajero no tiene intención de llegar. Esperemos que por el bien del presupuesto de la Junta de Andalucía los viajantes no tengan la actitud del tal sabio oriental, si no la cosa les va a salir por un pico.

-Oiga, que usted ya ha estado en Bilbao y Sevilla.

-Ya, pero quiero saber si nos merecemos uno como el de Praga.

La Junta de Andalucía se va a montar una agencia de viajes y no sabemos si la Consejería de Turismo va a incluir esto entre sus periódicas estadísticas sobre (no) pernoctaciones. Al final vamos a ser también emisores de turistas. Turismo ferroviario. Estos sí que serían viajes de familiarización, como se dice en el argot, y si no que venga Dios o un ingeniero de tranvías y lo vea.