El negro es el negro que ha estado presente desde que empezó la Navidad hasta hoy, y lo que las redes quieran aguantarlo. El negro irrumpió en mensajitos medio ingenuos para echar unas risas con lo del chico. Y lo del chico, es decir, lo del negro, como me imagino que suponen, o incluso hayan visto porque les llegó al móvil, es un avemaría purísima, un mantra, una oración nocturna, un dios mío, eso qué es, un sálvame de la tentación, un pollón de medio metro, vamos. Escribo esto, así, con todas las letras, y ya me estoy arrepintiendo porque luego hay lectoras que me reprochan echar mano del grosor de estas palabras tan gordas. No hace falta escribir con palabrotas, me dicen, para expresar lo que uno quiera decir. Y llevan razón. Pero por todos los santos y sus primos, ¿cómo llamar a lo del negro? ¿Pilila, pingajo, pito, flauta, pene, gusanito? Imposible. Esa cosa sólo puede ser lo que es, un pollón del quince. Lo sé, lo sé. Sé que hasta la ordinaria Sofía, ganadora de Gran Hermano 16, es más fina que yo. Ella, cuando habla de lo que tiene un tal Suso, también de la misma marranera, habla como una señorita de colegio caro. El instrumento del amor de Suso es una malformación, dice la chica, que al parecer probó la tranca, no creo que ninguna chica quiera eso, los tamaños abismales son deformaciones, yo que él me operaría.

Instrumento de amor, malformación, abismal. No me negarán que la señorita maneja un lenguaje poético para hablar del rabo de Suso. Lo del negro, real o no, es un sindiós que ha saltado a los informativos después de saltar como meme en el discurso del Rey, una foto más entre las fotos reales, como uno más de la familia, y en otras escenas tan hilarantes como ingeniosas. El instrumento del amor del chico negro, tocado con un sombrero de cuadros, camiseta ceñida de color verde, y toalla al cuello, se ha convertido estas navidades en la imagen cachonda del año dando lugar a una pregunta, la pregunta. ¿Quién es el negro del Whatsapp?

La Barbie saudita

Y también ha dado lugar a una confirmación, dejamos 2015 mirándonos de reojo a ver quién la tiene más larga y recibimos 2016 con la misma cantinela. ¿Quién enseña más, Antena 3 o Telecinco? ¿Quién es más reina, Cristina Pedroche, o Pelayo? A la Cristi sólo le queda, para ser transgresora y tal y tal, aparecer vestida como una Igartiburu, el año que viene. Este año ha enseñado muslo, ojete tapado con macramé caro, y chichi oculto detrás de los diminutos cristales con los que las costureras la han dejado casi en pelota picada. Es lo que tiene ser mujer objeto. No lo digo ni con la envidia de Pelayo -el chico que es más chica que las chicas de Cámbiame- ni con la moralina de quien quiere a la mujer tapada como una Barbie saudita, pobres, que el rey Salmán bin Abdulaziz, «hermano» del rey Juan Carlos, no se anda con tonterías y a la primera de cambio te saca la sharia, afila la espada, y te corta el pescuezo. Lo digo porque la mujer objeto es muy sacrificada. Mientras su colega Carlos Sobera daba las campanadas vestido con traje de arriba abajo, sin aberturas ni transparencias, abrigado contra el frío de Madrid, la joven se sacrificaba exponiendo su solomillo de primera. La basca de Telecinco es otra cosa, enseñaron carne de víscera, casquería, martingala de Mediaset, mal gusto, cuatro marranillos echados al balcón recién sacados del burdel con transparencias rojas compradas en los disfraces del chino del barrio. En este ambiente de decadencia supina irrumpe como una bala Mariano Rajoy en la pista de baile descocado, sexy, dándolo todo como un maquinero, retorciéndose como un artista callejero, dios, entregado a la vanguardia, en manos del más moderno entre los modernos, Raphael, por eso fue su gran noche. Y sin echar mano de transparencia alguna. Puro deseo.

Jamás, jamás

Luego está el papa, aliado de Manuela Carmena, contra Esperanza Aguirre, que se ha quedado como Cristina Pedroche, en cueros y más católica que el mismo sumo. La alcaldesa de los demonios no hace más que inventar travesuras para cargarse los pilares de la fe del PP, y como es más mala que una tormenta de arena, se inventó lo de vestir a mujeres como «reinas magas», fíjate tú, un sindiós, clamó Espe, partidaria de la paridad, dijo, «no de las paridas». Gran frase Espe, pero llega Francisco y le dice a una chiquilla que se vista de reina maga para llevar las ofrendas del oro, el incienso y la mira. ¿Qué me dices, Aguirre, quién tiene la fe más grande, quién roba mejor las esencias católicas, las tradiciones, la alcaldesa perroflauta o el papa de Roma? Pero Carmena es el bicho que le picó al tren y no duerme pensando en cómo hacer daño, no contenta con la parida de la paridad va y viste a los Reyes Magos con unos trajes tan estrafalarios que hasta la hija de 6 años de Cayetana Álvarez de Toledo, una jefa de FAES, chiringuito de ideas del rey de la tableta José María Aznar, advirtió la evidencia y le dijo a su pija madre, «mamá, el traje de Gaspar no es de verdad», y la pija, como madre que es, le escribió un tuit a la diabla antisistema, «no te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena. Jamás». Está claro que los Reyes Magos como Gallardón tiznados de betún son mucho más creíbles. Toda esta historia ha saltado estos días a las redes sociales, y ha colmado informativos y tertulias, y ha sido tendencia en los comentarios, y ha alimentado los dos famosos bandos de España. La nuestra es mejor que la vuestra, la nuestra es más grande, nosotros meamos más lejos, somos los negros del Whatsapp. O de Carmena, o contra ella. Por eso, cuando el día 5 Daniel y Jesús Oviedo, Los Gemeliers, acudieron a Pasapalabra, nivel menos de ESO, y escribieron «arina» y «holla», sólo una es culpable. Y hay que decirlo. Estos guapitos garrulos tienen menos cultura que un melón de agua. No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena. Jamás. Y otra cosa. Carmena la tiene tan grande, y lo está haciendo tan bien, que «los otros» sólo hablan de cabalgatas. Y eso no te lo perdonarán jamás, Manuela Carmena. Jamás.

La guindaEl matadero

En mi pueblo hay un matadero de cerdos del que salen productos de primera. Carne, morcillas, chorizos, adobos, salchichón, y otros productos de animal tan generoso. La factoría apenas descansa, como es normal. Una camada de cerdos sacrificados hoy es reemplazada por la de mañana. Por cierto, Telecinco cerró unas horas la casa de GH 16, pero el jueves, para que no pare la rueda, la volvió a abrir para Gran Hermano VIP.