Podemos se queda aislado. Va de latiguillos. No está ni se le espera. Se constituye el Parlamento y se queda fuera y no digamos en el Senado. Podemos fue espectáculo, pero nada más. Iglesias: ¡Qué vergüenza, Pepa! en sus declaraciones a Pepa Bueno en la cadena SER, con un ataque frontal al PSOE y sobre todo a Pedro Sánchez. Es su obsesión y de ahí no sale. Sánchez le quita el sueño a Iglesias. Receta: dormidina, no crea adicción. Iglesias tiene 42 diputados y pretende imponer su ley. Tiene dos más que Ciudadanos y 24 menos que el PSOE. Iglesias está llamado a ser el pepito grillo del Parlamento, con sus lamentos, ceño fruncido y arrastrando su cabreo porque esperaba ser la primera fuerza de la izquierda y se ha quedado en fuera de juego. Y encima pretende que sus mareas, sus colaus, etc. tengan grupo parlamentario. Podemos y tres más. Fraude de ley. Más tiempo para la matraca del independentismo, y más dinero para la buchaca; para quienes han hecho de la transparencia un ejercicio virtual, Irán incluido. Iglesias sigue en campaña electoral; no se ha dado cuenta de que los tiempos son otros. Fuera de lugar la metáfora de seguir hablando del bunker, donde mete en el mismo saco al PP de Rajoy, al PSOE de Sánchez y a Ciudadanos de Rivera. Muy fuerte, oiga. Es cierto que Iglesias tendrá que decidir en su momento si con actitud de impedir un gobierno de izquierdas y progresista termina por perpetuar cuatro años más a la derecha, o sea de nuevo Rajoy en La Moncloa. Eso se paga en las elecciones que a la vista de la bronca están por llegar. Y si no se lo creen recuerden la cara asustada de perplejidad que reflejaba el rostro de Rajoy, que se sabe fuera de juego.

Se vio a un Iglesias enfadado, con supremo cabreo, cercado por sus grupos coaligados, sin ser realista y pisando bombas retardadas que le van a explotar en sus narices, como le pasó con su duro enfrentamiento a Rivera en el programa de Carlos Herrera. Con estas mimbres parece difícil que Iglesias le dé su placet a Pedro Sánchez en el supuesto de que Rajoy no pueda formar gobierno y salte a la palestra política la propuesta alternativa de Sánchez y los socialistas. Volverá a sonar el soniquete y lloriqueo de la frustración de Iglesias: ¡Qué vergüenza, Pepa!

Parece, sin embargo, que Rajoy se quedará fuera, porque nadie quiere caminar por la senda de los recortes, la corrupción y la derechización de las políticas sociales. No tiene quien le quiera, ni tan siquiera Ciudadanos que a lo más a lo que llegará será a abstenerse. Rajoy está amortizado y, lo que es peor, cierra las puertas con su tozudez (tal cual Artur Mas) a nuevas personas dentro de su anquilosado grupo. Un Rajoy desmayado, sin fuerza, con argumentos trasnochados, que se sentó en el Congreso con 123 diputados (tenía 186) y tragarse a Patxi López, socialista, como presidente del Parlamento. Tuvo que tragar quina, por no decir aceite de resino. El PP no podía presentar candidato porque sabía que lo tenía perdido de antemano. Rajoy se cura en salud, con un portavoz popular, Rafael Hernando, que va sembrando mentiras allí por donde habla, revestido ahora con piel de oveja, el mismo que estaba dispuesto a partirle la cara a Pérez Rubalcaba, tal y como está reconocido. Matón político de tres al cuarto que los almerienses tienen la suerte de tenerlo entre sus preferidos.

El cambio ha llegado pero nadie sabe cómo terminará. Ha empezado con Patxi López. ¿Cuál será el siguiente paso?

P.D.- (1) El alcalde socialista de Torremolinos, José Ortiz, sigue desmontando en Fitur la tramoya cutre de su antecesor, el popular Fernández Montes. ¡Esto sí es un cambio!

(2) Los malayos, a la cárcel. Son 26 los condenados y se ha tardado diez años, desde que se levantó la putrefacta liebre en 2005, en sustanciarse el expolio al pueblo de Marbella. Es a él a donde debe llegar el dinero que le expoliaron, así lo reclama el alcalde, José Bernal.

(3) La Cónsula y La Fonda serán dos nombres clavados en lo más profundo de los desaciertos y errores políticos. ¿Cuáles serán los siguientes? Esperemos que alguien ponga un gramo de sensatez.